A quien a la misma hora bebe cerveza, cerveza con limón o gaseosa, tinto de verano o gin tónic. Y ustedes queridos lectores se preguntarán nada más leer la primera frase, que diablos tiene que ver el título con el artículo. Pues vamos a emplear unos elementos simbólicos, para qué si quieren seguir leyendo, comprendan en que punto me encuentro de reflexión a mi edad de nacimiento del tigre, con todo lo que soy y hago…
La cerveza se conoce desde el antiguo Egipto, con diversos modos de elaboración dependientes de las diversas producciones de grano, en los diversos templos, con diversos Ritos Religiosos… Ya en el bajo imperio todo comenzó a ritualizarse. Recuerden al padre del Gran Tutankamón, Akenatón, qué se gano la enemistad del imperio por proclamar que solo había un dios, Atón, el disco solar.
Vuelvan a leer la frase con la que comienzan este artículo y decidan ustedes si continúan o no.
En el Imperio Romano, el trigo y el vino eran el motor de la expansión y de las fronteras que debían asegurar el comercio interior. Un ejercito profesional es caro, y el romano fue el primerio que pagaron vía impuestos nuestros ancestros.
Con Roma llegaron conceptos helénicos: filosóficos, sociales, legales y religiosos.
En latín Vid es vida y de donde sale la uva. Y el vino, era el néctar de los dioses reservado los buenos, a familias pudientes; los del país, al ciudadano romano y al fastidiado esclavo, cerveza y pan.
La Vía Láctea, recorrido del imperio, llegaba hasta el Fines Terrae, donde no había mundo y moría el sol. Allí el peregrino, quemaba sus ropajes asquerosos de tanto viaje sin ducha ni lavadora, y moría viendo ocultarse el sol con esas llamas, recogía los fritos del mar, guardaba y exhibía la concha de la vieira, como constatación del viaje realizado.
Como hoy.
Si han llegado hasta aquí, les aconsejo que continúen.
No nos olvidemos de la Cerveza, que alcanza su culmen con la promulgación de la Ley de la Pureza de 1516 Titulada Reinheitsgebot, por Guillermo IV de Bavaria… Münch eleva a categoría la cerveza en el mundo y tienen al norte el Saarland, cuna del Albariño, denominación de origen de Galicia, traídas sus cepas por monjes priscilianistas en el medievo, y ya se sabe, del Mossel al Miño hay un paso: El Camino de Santiago.
Hubo un medio químico que se le dio por meter H2CO3 en un recipiente con agua mineral. No sabía cómo decimos en mi tierra, que carallo quería hacer, pero observó que burbujeaba y ni corto ni perezoso, procedió a embotellar aquello. Se llamaba William Browning.
Añadimos azúcar y toque acido cítrico al gusto y el resultado: refresco barato y sensación nueva. El éxito estaba asegurado.
La ilustración comienza a caminar.
Lo del buen vino y cerveza artesanal, seguimos igual.
Los alemanes son reformistas bajo el mando del Imperio Español, y Carlos V se traga la escisión religiosa, porque los príncipes alemanes ponen su cabeza a disposición del emperador, por proteger la libertad del errático Lutero. Como en el noveno, no novena, la libertad de Conciencia y la Justicia triunfan.
Pero también están los holandeses en el s. XVII, que usan un tónico como la Coca-Cola en sus comienzos, de un destilado de hiervas autóctonas al que llaman Ginebra, que no es la capi de allí, sino Genever, que viene de su elaboración con cebada, centeno y maíz.
Hasta refinan en eso.
El objetivo curar males digestivos. El resultado real es que alegra los corazones en la sobremesa de cualquier casa en verano, justo después del tercer café, cuando el” cuñao de turno” se ha ido a la siesta, o después de cenas con secretos inconfesables.
El paladar como el alma se educa, y es cuestión de encontrar aquello que mas concilie la búsqueda primigenia humana.
San Agustín, después de pecar lo indecible acaricio a su dios desde el arrepentimiento, la entrega a la oración y abandono del mundo, y el misticismo que le llevo a imaginar los siete estadios del alma desde que el espíritu se une con el cuerpo hasta que es parido. Venimos del mismo agujero, pero diferente cuna. Como al morir.
Voltaire fue un golfo en su época, un libertino que al final de su vida, con 98 años, se hizo Masón… después de aportar mucho a la humanidad. Su padrino Benjamín Franklin, entonces embajador de las Colonias Independientes ante Paris.
Para ambos nada de lo humano es ajeno, ni el vino… incluso bueno.
No se entienden los USA y su proceso de independencia sin Francia y en mucho mayor término España, a fin de cuentas, nunca hemos sido ingleses salvo la excepción de Gibraltar.
Si les has cultivado en datos, me alegro.
Si les ha entretenido la reflexión, me emociono…
Pero si además ven más allá, quizás les sirva para algo más que el entretenimiento y los datos para su reflexión.
En los Campos de Castilla, cuando comienza la noche y un dispongo de un café para despertar.