Las cloacas huelen mal, muy mal, su pestilente olor es vomitivo, penetra por la nariz hasta el cerebro, hasta el punto que el amoniaco de los orines hacen que los ojos se llenen de lágrimas, y que el estómago se vuelva del revés, la necesidad de expulsar la bilis y demás jugos gástricos es incontenible.
Esto es lo que me pasa últimamente cuando veo la marcha que no la evolución de la campaña electoral de las elecciones autonómicas 4M de la Comunidad de Madrid que, más bien parece que se tratasen de unas elecciones generales, por la gran polarización que las extremas derecha e izquierda con sus líferes al frente están insuflando al ambiente.
Me preocupa enormemente como puede terminar todo esto, no las elecciones en sí que, como sabemos, al final las deciden los acuerdos de despacho que hacen que la gobernabilidad pase de puntillas sobre el más votado para inclinarse del lado que los intereses políticos que no de los ciudadanos en general, que, si bien no me gustan por muy legítimos que sean, al final me divierten por ver la cara de pasmados de algunos que han dejado la vida en poner verde con los que al final, pactan.
Valga a modo de ejemplo la promesa del sacro líder de la extrema izquierda, D. Pablo Iglesias Turrión de nunca pactar con la casta, y ahí lo hemos visto por conseguir un despacho en la Moncloa y alguna que otra cartera ministerial para su cónyuge y otros fieles de su partido, o la de no hacer de la política una carrera, cuando lleva desde el 2014, en aquellas elecciones europeas con cinco representantes, pasando a las generales de 2019 en las que surgió el pacto antes mencionado, para ahora volver a dar otro golpe de efecto como candidato a las elecciones de Madrid, quizá para poder remontar la imagen en declive de Unidas Podemos desde las últimas elecciones catalanas.
Por otra parte, ¿de dónde ha salido, como para otros muchos de la casta que criticaban por el elevado incremento de su patrimonio, casi el millón de euros en el tándem Iglesias-Montero, cuando antes de colgarse de la política recibían sendos sueldos como profesor de universidad y cajera de un súper, respectivamente?.
Pero, lo que realmente me preocupa es el apestoso y pestilente clima de amenazas e insultos que la extrema derecha y la extrema izquierda, Vox y UP, y viceversa, llevan utilizando como estrategia durante bastante tiempo no sólo en las diversas campañas electorales que se han sucedido en los últimas años, sino en la misma cámara de representación ciudadana, el parlamento, generando oído y confrontación, y que sus imbéciles palmeros se encargan de jalear llegando incluso a la amenaza contra los discrepantes, que no lo somos por mero postureo, sino por convencimiento que los radicalismos a lo largo de la historia no han acabado bien por sus ideas totalitarias e intolerancia con fundamento en que si no estás conmigo estás contra mi, y porque ya tenemos el culo más que pelao de que nos vendan humo e ideologías trasnochadas basadas en la confrontación por salvapatrias que lo que predican no va con ellos, siendo sólo para el populacho.
No entiendo porque algunos se han llevado las manos a la cabeza por las amenazas de muerte mediante cartas acompañadas de munición a Iglesias y otros dos miembros del gobierno que la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, la señora Monasterio, por llamarla de alguna manera, no sólo, no condenó, sino que utilizó para descalificar a la izquierda comunista y al gobierno de Sánchez, cuando amenazas tales como “hay que quitarlos del medio” son comunes en boca de los radicales de uno y otro signo político en manifestaciones publicas y RRSS. No exagero, si afirmó que me recuerda a las dos Españas del 36. Sólo hay que leer la historia para ver que aquella polarización política poco difiere de la actual.
Deberían reflexionar los representantes políticos que utilizan esta estrategia del odio y quienes les hacen la ola en los distingos foros, incluso algunos periodistas que se arriman a ellos, porque a veces las palabras son más peligrosas que las balas y las navajas manchadas de sangre, porque lo que se ha dicho ha quedado dicho. Unos en defensa a los herederos de ETA y otros como herederos de Franco.
Y, por último, decirle a tales representantes radicales que los verdaderos periodistas no son los palmeros, sino los que exponen la realidad política sin necesidad de arrimarse a ninguno de ellos y sin miedo a sus amenazas y descalificaciones.
Demasiada equidistancia entre los líderes del fascismo, entre los que no cuenta a la que por no tener ni tiene ni explica programa alguno de gobierno para la CAM, sino que se arropa bajo un paraguas o status de pretendida “libertad” (IDA) y lo que el autor denomina sagrado líder, con retintín (por Iglesias). Hay que investigar y contrastar más y pontificar y denostar menos. De dónde saca el autor que los ya “no casta” ganan miles y miles de euros y no se dice lo que destinan a fines sociales. Se deja lllevar por la corriente de los bulos al uso y no verifica lo que manifiesta con insultante arrogancia. Está más que claro a lo que juega, y no merece ningun comentario de elogio. He leído algunos de sus artículos, pero este destila una mucha beligerancia hacia alguna de las partes. A ver si escibimos con más rigor. El odio sólo está en una parte, en los que ya sabemos que de la democracia no quieren nada y que salen a la palestra no a modificar el statu quo vigente, ni a plantear alternativas democráticas a la gestión de los bienes y servicios públicos, sino a destruir los aparatos del Estado democrático para implantar un régimen de terror nazi-fascista.
IDA parece que estaría cerca de esta tesis, a la que muy prosiblemente prestaría su apoyo. Por lo menos no se atreve a negarla.
Eso también habría que decirlo y no callarlo como si no fuera un “a priori” más que contrastado.
Sin acritud, un saludo.
Querido amigo, beligerante es lo que hacen las extremas derecha e izquierda, dígase Vox y UP, dos caras de la misma moneda. Dígame qué es lo que no está contrastado y en un próximo artículo le prometo, que se lo demostraré. Por cierto también le lanzo el guante para que escriba Vd uno, con fundamento, por supuesto, no por afinidad, sino con la misma equidistancia que la mía, aunque me atrevo a aventurar que no lo será, porque la autocrítica es difícil de practicar y, por supuesto, desmontando de manera probada lo que yo afirmo. Sea valiente, e investigue como yo hago en mis artículos, aunque Vd lo niegue. Por negar, puede negar lo que Vd quiera, como yo podría decir que la tierra es cuadrada.
Saludos