Es cierto que la empresa o cualquier otro tipo de actividad dirigida a la obtención de un beneficio de carácter económico no es una familia sino un equipo que forma parte de la organización empresarial para prestar un servicio o vender un bien que resulte suficientemente útil y rentable económicamente. Ahora bien, esta concepción no deja de ser una respuesta propia de un sistema productivo de sistema capitalista salvaje, cuando lo único que persigue es la consecución de un fin únicamente material, el enriquecimiento del productor, salvo honrosas excepciones, que me constan, olvidando otro tipo de elementos que contribuyen o pueden contribuir al bienestar de quienes participan en el proceso productivo propio de la actividad empresarial, tanto dentro del activo laboral como de los propios directivos o socios de la empresa y que se traducen en una conjugación de intereses en la que todos salen ganando, sobre todo en la generación de un bienestar que impide o ayuda a que el trabajo no se convierta sólo en una carga; siendo fundamental para lograrlo el trabajo en equipo.
De manera que, el trabajo en equipo surge de la necesidad de mejorar rendimientos, actitudes y la lealtad del grupo de trabajo, mediante la cooperación de las personas que lo integran, utilizando sus habilidades individuales y predisposición a una retroalimentación constructiva, prevaleciendo de esta manera el interés conjunto frente al conflicto personal, resultado del fomento de actitudes tales como la lealtad, la seguridad y la autoestima individual, pero siempre sin perder la perspectiva de pertenencia a al grupo, lo que obliga a cada uno de sus miembros a esforzarse por mantener relaciones positivas dentro y fuera de aquel.
Ahora bien, todo lo anterior está muy bien como actitud, pero para lograr su efectividad, es imprescindible crear un clima en la organización del equipo, mediante:
- La aportación conjunta de nuevas ideas o soluciones dentro del proceso productivo.
- La coordinación y cooperación en las actividades de todos los miembros.
- La empatía, encaminada a comprender al otro, apoyando soluciones o ideas diferentes a la propias e interesándonos por ellas, no contemplado la crítica no como un ataque personal sino como una forma de lograr los objetivo del grupo.
- El intercambio de intereses comunes, aunando estrategias, metodologías, procedimientos y técnicas para el logro de los objetivos que se tienen en conjunto dentro de la empresa.
En definitiva la unión de intereses y cohesión en el logro de las metas de la empresa que se consigue con el trabajo en equipo, fomenta la atracción hacia el equipo, logrando comportamientos que lo mantienen como un sistema social que busca evitar enfrentamientos emocionales y conflictos, favoreciendo las relaciones interpersonales y aportes para el trabajo a largo plazo.
En todo caso, no debe confundirse el trabajo en equipo con trabajar en grupo, ya que este último supone únicamente la reunión de personas donde importa más el fin de la empresa, como es la obtención de un beneficio económico o enriquecimiento del empresario, que el propio proceso, repartiendo tareas pero con una escasa participación en la toma de decisiones colectivas, generando una falta de estímulo en el proceso productivo que hace que los sujetos que integran el grupo sólo se interesen por ellos mismos, no llegando a entender su rol en el desarrollo de objetivo empresarial o utilizándolo para su beneficio personal.
Ello conduce, finalmente, a conflictos dentro del grupo o celopatías consecuencia de la baja autoestima de unos frente a otros que utilizan los recursos o inercia del grupo para el fomento o promoción personal, incluso pisando a los propios compañeros, y en el caso de equipos directivos o entidades mercantiles sin activo laboral o mano de obra más que de las propios socios, el protagonismo de unos frente a otros, lo que se traduce, finalmente en el logro de un objetivo personal, como es la propia satisfacción de los intereses individuales más que preparar el camino para lograr el rendimiento efectivo del trabajo en equipo, motivando el crecimiento personal y profesional de las competencias básicas necesarias para el logro de resultados.
Concluyendo, el trabajo en equipo es vital para el éxito de los objetivos de cualquier tipo de organización.