EL SOLSTICIO DE INVIERNO

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Para muchos de nosotros en el hemisferio norte, el solsticio de invierno significa una cosa: nos esperan unos meses largos, fríos y oscuros, que aparentemente no tienen fin.

Imagen de Twitter

Si bien el solsticio de invierno podría no ser algo digno de celebrarse para algunos, para otros, es un día extremadamente místico, lleno de rituales sagrados. Toda esta oscuridad no es algo malo en absoluto: en realidad se suma a la importancia espiritual del día. El solsticio de invierno tiene tantos significados que lo hacen mucho más que el día más corto del año.

La energía que representa la polaridad de la tierra impregna los momentos de la siembra y de la cosecha: un extremo unido al polo sur y el otro extremo unido al polo norte. Son dos momentos como los latidos de un corazón acelerado enredado en los surcos de los campos. En diciembre, en el solsticio, tras la siembra esa grieta de la tierra donde vamos a cultivar, se cierra.

Podríamos contemplar el hecho de que cada día de nuestra vida es, para la totalidad de nuestra existencia, como el viaje de la Tierra alrededor del Sol lo era para aquella antigua idea del Gran Año del Mundo: un eterno retorno.

Imagen: ÁGORA. Filosofía, educación y cultura.

He aquí una lección dedicada al tema del Eterno Retorno de Nietzsche, que se desarrolla en su obra más representativa, “Así Habló Zaratustra”:

https://www.unprofesor.com/ciencias-sociales/eterno-retorno-nietzsche-resumen-3130.html

Ayer llegó la noche más larga y más oscura… ¡encendamos una luz! La luz es un fundamento. Una característica de casi todos los mitos fundacionales.

Como dice Leonardo Boff: “Llevamos luz dentro de nosotros, en el cuerpo, en el corazón y en la mente. Sobre todo, la luz de la mente nos permite comprender los procesos de la naturaleza, penetrar en lo íntimo de las personas, y llegar hasta en el misterio luminoso de la verdad”.

Existe una idea arquetípica, asociada con Platón: la alegoría de la caverna y la analogía del sol, que asocian la Luz (en forma de Sol) con la Verdad. Estas formas arquetípicas son lo que Platón (a través de Sócrates) considera que es lo que siempre buscamos los librepensadores.

http://erizosdefilosofia.blogspot.com/2013/11/platon-el-simil-del-sol.html

La palabra solsticio se deriva del latín sol (sol) y sistere (quedarse quieto), porque en los solsticios, el Sol se detiene en declinación; es decir, el movimiento estacional de la trayectoria del Sol (como se ve desde la Tierra) se detiene antes de invertir la dirección. Si comprendemos estos movimientos, entendemos más sobre cómo funciona nuestro mundo, cómo funciona la naturaleza. Al comprender la naturaleza, podemos avanzar con facilidad y lograr un bien mayor.

Nos hemos detenido para poder ver la cara del presente y poder escuchar. ¡LIBREPENSADORES, TRAIGAMOS LA LUZ!

The Death of Socrates, Jacques-Louis David, 1787

 

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