Esas preguntas tan hermosas para cualquier mente humana, con un mínimo interés por el conocimiento, se tratan de responder, tanto por la Filosofía, en cuanto al porqué, como por las ciencias exactas y biológicas, en cuanto al cómo.
A mis años, que ya no son pocos, aunque reconozco que mi “espíritu-voluntad” apenas ha envejecido (gracias a que sigo conservando las mismas preguntas de cuando era muy joven, y de que día a día me apasiona todavía más responderlas), me parece sorprendente observar como la especie humana evoluciona de forma exponencial en conocimientos científico-tecnológicos y además lo hace de forma geométrica; pero a pesar de ello todavía estamos en pañales para poder responder de forma general, univoca, extensa, homogénea, holística y coherente a esas dos preguntas.
El porqué de la existencia.-
Para mí, esta pregunta es mucho más importante que ninguna otra, ya que respondería a una razón mediante la cual todo cobraría sentido, todo supondría un “para qué”, que a la postre es la finalidad que todos buscamos; ese lugar al cual nos dirigimos inexorablemente, por efecto del supuesto “tiempo binomiado con el espacio” y compelidos por el movimiento. Yo no concibo la sinrazón de la existencia, me parece contraria a la lógica; pero no sólo a la humana, sino también a la “Divina”.
Simplemente observando, con no mucha atención, nos damos cuenta de que todo sigue un orden establecido, de que las causas y sus efectos están ahí (a pesar de la física de partículas…), de que nosotros mismos somos el resultado de un número casi infinito de causas que hasta aquí nos han traído. Me niego, por tanto, a admitir que mi vida o la de una ameba no tengan sentido. Me niego a tragar eso de la indeterminación cuántica, el “efecto fantasmagórico”.
Sí, se ha demostrado teórica y experimentalmente que la física de partículas no sigue las mismas leyes que los efectos que se desprenden de las de Newton; pero creo que algo subyace bajo esa “evidencia” que todavía no se ha observado.
En cuanto al cómo de la existencia.-
Me gusta enterarme de lo que se va sabiendo…a pesar de ser demasiado vaga para estudiar las cosas, su funcionamiento y sus componentes, no tengo una mente científica, aunque me encantaría. Lo único que yo hago desde siempre es hacerme preguntas y tratar de hallar respuestas. No hay nada que me apasione más, salvo escribir sobre ello.
Y una de mis fundamentales respuestas es que, todo debe tener un origen, una trayectoria y una finalidad, previamente establecidas; aunque ese establecimiento sólo obedezca a una simple cuestión de equilibrio u orden (quizás lo más lógico de pensar). Las cosas no tienden al caos libertino. La libertad sólo existe a la hora de escoger el camino (porque todos conducen a Roma) pero dentro del camino (aunque se construya al andar) están las piedras, los obstáculos que debemos rodear. Si bien nuestra voluntad nos conduce, no debemos olvidar que ésta está hecha de un montón de componentes que no controlamos al ciento por ciento, aunque así nos parezca.
Enlazando las ideas, se me ocurre un “juego formulado”:
Psicología más genética e epigenética, dividido por voluntad más movimiento; es igual a acción más camino dividido por destino.
Así quedaría la fórmula P + G + E/ V + M = A + C/ D
Si de esa formula paso “D” al otro miembro; resulta: (P+G+E/V+M) x D = A+C
Despejando después “D”; me queda: D = A+C/(P+G+E/V+M)
Ahora otra pregunta:
– Con lo anterior, ¿se considera matemáticamente demostrado que el destino es el cociente de la acción proyectada en el camino y sometida al subconsciente y a los genes, que a su vez se someten a la voluntad y al movimiento?
– Sí, así sería, lógicamente, siempre que las premisas fueran ciertas.
– Resumiendo, como ya sospechábamos, “el destino no es sólo nuestro”; aun así debemos luchar por poner mucha más voluntad y acción consciente para que el porcentaje sea muy grande a nuestro favor.
Me da mucha pena elucubrar en contra de la “libertad-voluntad”, porque es lo que más amo en el mundo (después de a mis cuatro hijos); pero la amo sin renunciar al orden, al sentido de las cosas. Odio el desorden, la entropía, la sinrazón, el libertinaje. Para mí Justicia y Libertad deben ser un binomio que algún día, quizás, la física de partículas y la astrofísica aunarán en una sola “teoría DEL TODO”, demostrando que si bien en un “camino-universo” debemos recibir el efecto de las causas, estamos también dotados de la capacidad de elegir otro camino-universo-paralelo. Creo que sólo en este salto de universo en universo que diera la “energía-masa” que nos compone estarían compendiadas la Justicia y la Libertad.
Mi espíritu se siente huérfano si no tiene un origen, necesito como todos los seres “conscientes” encontrarlo. Muchas veces guardamos nuestra cabeza bajo las alas; pero hay que sacarla de ahí, desplegar esas alas con la cabeza en alto y volar…
Decía “Alberto el Sabio” (Albert Einstein) que la imaginación es la capacidad humana más grande. Estoy total y absolutamente de acuerdo con ese pensamiento. Sí, a veces en la imaginación encontramos alivio al ser capaces de comprender con ella lo que con el razonamiento no podríamos. Yo llamo a la imaginación “las imágenes del alma”, es una forma poética de hablar, no porque sea poeta; sino porque cuando hablo de alma, cuando siento el alma, me doy cuenta de que todo en ella es pura poesía, pura armonía. Cómo no iba a serlo si esa energía que nos envuelve por dentro y por fuera no es más que puro amor.
Ya sé que hablar de amor, de justicia y libertad…parece estar reñido o no conjugar con hablar de física de partículas, de universos paralelos y otras bondades de la ciencia; pero, desde que comencé a razonar sobre los átomos y sus componentes, me he preguntado si la fuerza que mantiene a los electrones orbitando alrededor del núcleo atómico, no será la misma que la que mantiene a los planetas orbitando alrededor de las estrellas, a éstas alrededor de las galaxias y así sucesivamente. Ya sé que todo eso se lo preguntan también los científicos y hasta de alguna forma lo tienen casi resuelto. Pero mi pregunta es más extensa ¿ESA FUERZA SERÁ LA MISMA QUE LA QUE UNE A LOS SERES VIVIENTES Y A LOS HUMANOS?
Yo creo, que la partícula primigenia ,“el Punto Cero”, el TODO es el “GLUCÓN-PRIMORDIAL” el pegamento de todas las cosas que navegan por este “universo de gel jabonoso” de la existencia…UN “pegamento-chicloso” irrompible, que une todo aquello que debe ser unido por PURO AMOR.