Se esta diciendo por ciertos medios de comunicacion que el PP está virando a la derecha con el pacto con Vox en Andalucía, afirmación que, con todos mis respetos, me parece una gran idiotez, pues giro no ha habido ninguno, sino la demostración de lo que realmente son y donde realmente están PP y C´s. En la derecha, pero muy hacia derecha.
La aparición de Vox en el mapa político no es más que una huida de ciertos personajes del PP para los que los derechos humanos no son más que un recurrente para cuando les interesa ir o presumir de demócratas. De todos es sabido que hay determinados individuos e individuas que a pesar de comerse hostias consagradas como panes sólo están a favor de la vida cuando se habla del aborto, pero no cuando se habla de éxodos de emigrantes que huyendo de una muerte segura se refugian en países como el nuestro, o cuando cientos de mujeres mueren cada año a manos de sus parejas o ex parejas, consecuencia de una educación patriarcal que ellos potencian sin rubor alguno, o también embarcándose en guerras en busca de armas de destrucción masiva inexistentes, para vanagloriarse en pro de la paz mundial.
“De todos es sabido que hay determinados individuos e individuas que a pesar de comerse hostias consagradas como panes sólo están a favor de la vida cuando se habla del aborto, pero no cuando se habla de éxodos de emigrantes que huyendo de una muerte segura se refugian en países como el nuestro”
El pacto con Vox no ha sido más que quitarse una careta tras la que se escondían para situarse en un centro derecha el PP y en un centro izquierda C´S, ficticios, con el fin de atraer a aquellos electores indecisos que les cuesta situarse en los extremos, máxime cuando la careta utiliza ciertos adornos rojigualdas como marca propia, cuando tales colores pertenecen a todos los españoles independientemente de su ideología política, y que no necesitan hacer ostentación de ellos en cinturones, pulseras o llevando unos pines en la solapa para demostrar a los demás que son más españoles que nadie. En definitiva, amparándose en un patriotismo de pandereta y reconquista, rechazando a todos aquellos que no piensan como ellos o que no llevan en sus venas la sangre de Don Pelayo.
Otros medios informativos, o mejor dicho, los que participan en ellos en calidad de periodistas, cuando en realidad parecen más pregoneros asalariados de los “partidos patriotas”, justifican este pacto de vergüenza como equilibrio al previo resurgimiento de la extrema izquierda, defendiendo su legitimidad en que Vox es un partido democrático.
Si, por extrema izquierda, se refieren a un partido como Podemos que defiende por encima de todo los derechos humanos y, por consiguiente, de los más débiles, aunque a algunas y algunos no nos guste del todo, es a todas luces más legítimo cualquier pacto con ellos que con quienes van en contra de la propia Constitución, manifestando abiertamente su oposición a organización territorial del Estado en Comunidades Autónomas, o propugnan políticas soslayando ciertos derechos humanos.
El pacto con Vox no ha hecho más que adelantar el carnaval, no sólo en Andalucía sino en el resto de España, cuyos pregoneros mayores, Pablo Casado y Albert Rivera, son la mayor caricatura de la política de la derecha rancia y apestosa de tiempos no muy lejanos que algunas y algunos nos hemos hartado de denunciar su presencia ante la ceguera de quienes no querían ver que España no era una sola España, sino la dos Españas enfrentadas de siempre, gracias a la democracia hecha en despachos sin ventanas y con fardos de billetes en las mesas, una democracia de complejos, de ideologías en vez de ideas.
El pacto con Vox no ha hecho más que adelantar el carnaval, no sólo en Andalucía sino en el resto de España, cuyos pregoneros mayores, Pablo Casado y Albert Rivera, son la mayor caricatura de la política de la derecha rancia y apestosa de tiempos no muy lejanos
Ya se han visto las verdaderas caras devotas del fascismo del PP y de C´s, aunque estos últimos se escondan detrás de lo que dice ser un pacto en el que ellos dicen no han sido parte pero que han secundado a cambio de unas cuantas consejerías en Andalucía. Ya sabemos cuál es la tendencia, hacia donde van las aguas; hacia pozos fecales que sin duda llenarán de aguas negras el país no tardando mucho.