Los líderes mundiales se reunieron en la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
Esta reunión se ha producido inmediatamente después de un informe de la ONU, que emitió un código rojo para el planeta: la urgencia de un resultado a la par con el Acuerdo Climático de París de la COP21.
¿Cómo podemos producir un cambio sustancial en un mundo relativista?
Como ciudadanos individuales tenemos un papel responsable frente al cambio climático. Podemos actuar a través de nuestra enseñanza, investigación, servicio y participación comunitaria, con un enfoque que supere lo teórico y nos sitúe cívicamente ante los demás.
Es hacernos más eficaces en la práctica. El clima y el mundo están cambiando. El futuro traerá otros desafíos y habremos también de responder a los mismos.
Comencemos encontrando una manera convincente de superar nuestra propia negación climática persistente, integrando el cambio climático en todos los aspectos de nuestra actividad social.
¿Cómo cambiamos las mentes de los negacionistas del clima?
Con los casquetes polares derritiéndose, los bosques en llamas, las condiciones climáticas extremas cada vez más frecuentes y las temperaturas subiendo a niveles récord en todo el mundo, la urgencia de actuar nunca ha sido más clara.
Tal vez, no es que tantas personas sean irracionales, simplemente no tienen todos los datos relevantes. Y no es de extrañar cuando contamos con “comerciantes de la duda profesionales”, contratados por algunas industrias para propagar el escepticismo y crear la falsa impresión de que la ciencia no tiene la razón. Y también es posible que hayan comprado a un grupo de políticos ciegos y sordos a los desastrosos efectos sobre las personas y el medio ambiente.
Pero no descartemos a los negacionistas del clima por irracionales e ignorantes, o conocedores y malvados. Si queremos llegar a estas personas, hay que darles los hechos: la evidencia científica de que el calentamiento global es real y es causado por los gases de efecto invernadero que generamos con nuestra agricultura e industria.
Podríamos pensar, ¡buena suerte con esto!, porque la gente simplemente no responde a los hechos y las pruebas. Es como el tabaco, si así fuera, nadie fumaría hoy en día: fumar es muy adictivo y cancerígeno, pero lo primero solo explica, en cierta medida, por qué es difícil dejar de fumar una vez que se ha comenzado.
Informe completo de Naciones Unidas sobre el cambio climático
Es relevante valorar cuán responsable es cada ciudadano de este hecho. Por ejemplo, si el consumo que realiza una mujer anciana con su estufita en su pueblo de la meseta española es equivalente al de uno cualquiera de los líderes mundiales que se reunieron para supuestamente generar soluciones al cambio climático (lo hicieron casi todos ellos haciendo uso de su respectivo jet privado). O, por ejemplo, si una cooperativa de producción energética que hace uso de las energías llamadas verdes es igualmente responsable del cambio climático que Shell, Cepsa, Repsol y sus respectivos proveedores. Debemos básicamente plantearnos el cómo de nuestro consumo.
Los ciudadanos no son en absoluto responsables, ni siquiera corresponsables, de las opciones energéticas que les han sido impuestas. Y en cuanto a las cumbres de dirigentes, cuya principal labor es defender las necesidades de sus patrocinadores, tampoco habría que depositar excesivas expectativas. No tomaran otras medidas que las de descargar la responsabilidad sobre los ciudadanos, y ahorra cualquier medida que suponga una merma de beneficios a las grandes empresas. Su conciencia sobre el tema no va más allá de mejorar lo imprescindible para evitar un deterioro irreversible, lo que supondría una posible concienciación de lo que sucede, pérdida de clientes, y una caída de los beneficios. Que usen jet o patinete eléctrico no es más que una distracción para evitar hablar de lo importante.
Me resuena todo lo que dices. Gracias por dejarme una respuesta Rafael!!!