“Con Dios mi relación
no está basada
en mantras, devoción o desvaríos,
no somos un equipo victorioso;
aquí dos pordioseros
con principios.
Él no pide de mí sino alimento,
la sorda compañía del amigo,
silencio enriquecido
por un tiempo
que añade corazón
a mi egoísmo.
Compartimos la sangre,
las mujeres y el vino,
el barro, los sepulcros,
la carne y el camino;
somos lo que no somos,
un infierno distinto.”
II.
“Bendecido el humano,
Dios se muere,
Pues de su majestad
Al agua sacia;
Páramo de rosarios y dos manos
Que el amante desnuda
En su nostalgia;
Quiero ser en la espina
Su veneno,
El siervo que traiciona a las guadañas.
Lleno de involución
Pido tu carne;
La Cruz que en de mis noches
Se hace espada.”