Al viento la quería,
Como al desprecio,
Alejando mis brazos
De su misterio.
Apartaba las camas,
Ay, del deseo,
por no verter los ojos
Sobre el tormento.
En decires y barro,
Yo la veía,
Arrancando las rectas
De cada esquina.
En el limo dormido
De la abundancia,
Renegué de los besos
Que ella no daba.
Vigilia de una noche
Plena de huesos;
Sueño desvanecido,
Fundido en negro.