No quiero calaveras en mi bandera que podría haber escrito Sabinas en su canción “La del pirata cojo”. Y es que quizas haya demasiadas calaveras o quizas demasiadas banderas que delimitan sensibilidades y fronteras.
Porque no se trata de sumar con la única finalidad de restarles a otros, habría que sumar para compartir experiencias y esencias, para desdibujar el pasado reciente y encarar el mañana de la mano de las gentes que no han dejado de ser pueblo. Esos ciudadanos perdidos en el laberinto del minotauro sin el ovillo de Ariadna, a los que les han robado hasta el túnel para que no puedan ni adivinar la luz al final del mismo.
Andamos en ese juego de la silla, en que por eliminación solo puede quedar uno sentado, y en el que están involucrados todos los candidatos, y dentro de cada uno de los partidos, todos los aspirantes a serlo, y dentro de las posibles confluencias también se mira de reojo el numero de sillas y la posición de salida para no quedar eliminados. En ese tiovivo de ambiciones y escenarios donde la música va por un lado y la letra apenas aparece, es paradójico que se pretenda un cambio en las tendencias de los ciudadanos a la hora de elegir, cuando presumiblemente los candidatos, las listas y las propuestas serán las misma que el 20D.
Mientras, Podemos pretende vehiculizar las demandas sociales, ofreciendoles un camino institucional por el que transitar, IU se erige como portadora de las esencias reivindicativas de esa sociedad, argumentando que fue un error de la izquierda no haber estado en el origen para articular esas demandas.
“En ese tiovivo de ambiciones y escenarios donde la música va por un lado y la letra apenas aparece, es paradójico que se pretenda un cambio en las tendencias de los ciudadanos a la hora de elegir, cuando presumiblemente los candidatos, las listas y las propuestas serán las misma que el 20D.
Ahora ensamblados ambos alrededor de una necesidad aritmética pretenden, como Hamlet, enarbolar la calavera y declamar “Ser o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia?
Esta urgencia que tiene Podemos por liderar la izquierda les esta llevando a una secuencia caótica, casi tan caótica como la secuencia de los números primos, que a medida que la cifra crece se van distanciando mas entre ellos y este fenómeno se esta produciendo tanto en el seno de Podemos como en el abanico de partidos que conforman la izquierda. Cada vez es mayor las diferencias entre ellos.
El PSOE, mientras tanto, esta inmerso en esa desconexión conceptual que lo lleva desde la necesidad de moldear su propia realidad, para transformar este país, hasta la urgencia de franquear esa frontera ideológica que otros pretenden marcarle y continuar siendo el referente identitario de la izquierda; un equilibrio casi imposible, un camino de ida y vuelta con abrazos de osos coléricos ante el temor de perder su ascendencia sobre la camada.
Siguiendo los ecos de sus silencios Rajoy ha decidido hibernar, en torno a un calendario que el PP entiende que es poco propicio para la épica, aunque como reflexiona Kant en la Metafísica de las Costumbres (1797) “los actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del deber que dicte la razón, y que ningún acto realizado por conveniencia o sólo por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral”. Pero Rajoy se ha empeñado en hacer añicos los principios lógicos que rigen la razón, de ahí su incoherencia.
Ciudadanos se ha quedado enganchado en la zarza de lo emergente, deambulando en torno a su líder, esperando el fuego divino que lo libere de sus dudas y a ver si Rivera percibe el eco de las palabras de Jehová a Moisés en el monte Horeb, recogido en el Éxodos 3:7-8: “He visto la aflicción de mi pueblo y he oído su clamor, he conocido sus angustias y he descendido para liberarlos y llevarlos a una tierra buena y ancha, a la tierra de la que fluye leche y miel” . Pero durante esa travesía liberadora debe reflexionar sobre el principio de no contradicion, que es uno de los tres principios lógicos que rigen la razon “es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido”
En este contexto es complicado hacer valoraciones sobre la actual situación política española. No existen precedentes, y la casuística, que nace de la observación de la realidad, y no de abstracciones. es fundamental para cualquier estudio que se pretenda serio y que pretenda profundizar sobre el comportamiento de la clase política en estos casi cinco meses de desacuerdos.
© Sergio López