Al hilo del artículo anterior, que no era sino preámbulo de otros muchos (porque esto tiene mucha tela), vamos a profundizar en un aspecto de la práctica de la New Age que chirría por su propia oxidación.
Lo que nos llegó de la Nueva Era como evento (justo antes de ser capturada por el YO social) hablaba de que la Nueva Era había que traerla, no que iba a llegar sola. Sin embargo, casi todo el mundo habla de que “es inevitable”.
También hablaba claramente de que el trabajo que hay que hacer es interior, porque eso genera una vibración (o actitud, llamémoslo como queramos), que nos acerca o atrae al encuentro con eso que queremos.
Pero ¡Oh sorpresa! esa parte fundamental de la “doctrina” ha sido completamente obviada.
Se ha discriminado y borrado del asunto lo más importante. Lo que supone un verdadero crecimiento hacia la paz interior, y hacia la conquista del deseo propio, y que por consiguiente el YO ha eliminado sin dejar rastro…
Mira, lo mismo que hacen las iglesias con sus textos sagrados.
Y es el sencillo hecho de que el trabajo es interior, y que lo que sucede en el exterior es solo un reflejo de ese trabajo. Que la observación de lo que se manifiesta en la realidad de cada cual, solo debe usarse como mapa para entender que es lo que estamos fraguando en el interior.
Y, por supuesto que con el exterior no se pelea. Es absurdo por lo infructuoso, cansado e ineficaz que suele ser tratar de cambiar situaciones ya densificadas.
Y eso incluye, y aquí vamos al meoYO de este artículo, a las personas que nos rodean.
Se me caen los ojos de leer en todas las páginas de crecimiento personal en las que estoy metido, post del estilo “Hay que sacar a las personas tóxicas de nuestras vidas”.
Según comenzamos a entender el TODO, resulta que podemos expresar la realidad en términos de vibración y frecuencia. Es decir, que emitimos una vibración o energía, que sencillamente casa con otras de similar frecuencia y vibración.
Siendo como es absolutamente imposible que dos vibraciones diferentes se junten, al igual que no puedes juntar dos imanes del mismo polo, si en tu realidad las personas tóxicas te perjudican, es porque tienes esa misma frecuencia de toxicidad.
Es decir, que estás siendo tóxic@ contig@ mism@.
¿Eso quiere decir que es culpa tuya que haya personas así? Pues claro que no.
Pero si te permites esa toxicidad contig@ mism@, estás dando permiso para que en tú realidad las personas tóxicas te afecten.
¿Qué hay personas que te traicionan, y esa traición te perjudica? Bien, busca en que te estás traicionando a ti mism@.
Y no tienes que hacer más nada. En el momento en que dejes de traicionarte, la actitud de esas personas no te afectará. Ni siquiera tienen que desaparecer de tu realidad, aunque muchas lo harán, pero lo importante es que no te van a perjudicar.
Es un gran trabajo, pero es interior. Tratar de cambiar el exterior es imposible. Demasiadas variables desconocidas.
¿Eso significa que no debemos hacer nada por fuera? No, esa es otra trampa de la New Age. Claro que hay que hacer cosas por fuera, pero os aseguro que muchísimas menos de las que hacemos, y con mucho menos esfuerzo, penurias, y con mejores resultados.
Me vais a disculpar, pero la cultura del esfuerzo es profundamente religiosa. Y está muy entretejida con la New Age.
De hecho, lo que convierte a la Nueva Era en New Age es precisamente ese veneno heredado de todas las religiones anteriores.
A la Nueva Era no pasamos. La Nueva Era la traemos. Y la traemos vaciándonos de los paradigmas pasados.
Así que ya sabes:
Si te molestan los traidores, desactiva al traidor en ti
Si te molestan los tóxicos, desactiva al tóxico en ti
Y un día no te encuentras más que tontos, es porque no has visto al primer tonto del día: Estaba en el espejo mientras te lavabas los dientes.
¡Y sobre todo, ríete mucho! La Nueva Era la traemos entre risas, o no va a querer ni acercarse.