“CREO QUE NECESITAMOS ARTE, PROBABLEMENTE, MÁS DE LO QUE NECESITAMOS A DIOS…” (II)

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¿Puede haber consuelo en el hecho de aceptar las mentiras inherentes en todo? La falsedad, las omisiones. Justificar las negligencias de los que nos ingresan un mendrugo (una limosna) en la cuenta –o nuestro propio egoísmo y avaricia- es una práctica social común en aquellos que sistemáticamente incumplen el octavo mandamiento. Si no crees en dios… ¡aplícate el que debería ser el primer precepto de la ética!.

Damien Hirst. Some Comfort Gained from the Acceptance of the Inherent Lies in Everything (1996)

Some Comfort Gained from the Acceptance of the Inherent Lies in Everything” (1996) es una obra posterior a la concesión a Damien Hirst, en 1995, del Turner Prize. Ese reconocimiento fue muy celebrado por sus compañeros artistas… e incluía obras como Mother and Child (Divided), 1993, (una vaca y un ternero cortados por la mitad y conservadas cada una de las cuatro partes en tanques de formaldehído).

Pero, a la vez, el galardón fue recibido con odio por una parte de la prensa. Por ejemplo, en el Daily Telegraph lo tildaban de “un escándalo repugnante y odioso”.[1]

¿Por qué tanta sevicia en su obra? Podemos aceptarla en las miles de películas de Hollywood (muchas oscarizadas) y, evidentemente, en la literatura… pero no en el arte contemporáneo. Entonces rápidamente lo tildamos de vacua espectacularidad.

Reparemos, por un momento, en dos aspectos que me parecen importantes. La biografía del artista (en la cual no entraré al detalle, por múltiples razones –imaginad la que os parezca más oportuna-) está plagada de momentos en los que la muerte se erige como protagonista ¿De qué hablamos sino de aquello que nos acontece? Y, además, es uno de los grandes temas de la historia del arte. Cómo se ha abordado en cada momento es parcela aparte.

Por otro lado, fijémonos con mayor detalle en los títulos de sus obras… y abramos “La sociedad del espectáculo” del Situacionista Guy Debord[2] como un mapa con el que, quizás, podamos orientarnos un poco más. Echemos un ojo, también, al situacionismo inglés, a la Angry Brigade,[3] a Joe Strummer (The Clash, una de las bandas más politizadas de la historia del rock) y a los Sex Pistols (utilizó 12 canciones de su primer álbum, Never Mind the Bollocks, para nombrar otras tantas obras) de Malcolm McLaren, porque tal y como aclaraba el artista y profesor en la escuela de arte donde estudió Hirst, Richard Wentworth: “El verdadero modelo para Damien fue Malcolm McLaren, quien resultó ser un estudiante de los Goldsmiths (20 años antes)”.[4]

Volvamos ahora a la obra mostrada anteriormente… A la vaca y el toro cortados en doce secciones verticales, mostradas sus partes de manera alterna y en direcciones opuestas. Ocho patas y una cabeza en cada extremo.

Es la naturaleza mezclada, al revés, pero si nos lo muestra la televisión o la prensa será real, será cierto… aunque sea incapaz de contar muertos en los tiempos de las supercomputadoras y de la “inteligencia artificial”:

«Los periódicos tratan sobre hechos y verdades, y crees que obtienes una visión verdadera del mundo a partir de estas imágenes cuando no lo haces: son completamente falsos».[5]

Crematorium, 1996

Lo aparente, las quimeras, un gran teatro, todo patas arriba, al revés, porque… «En el mundo “realmente invertido” lo verdadero es un momento de lo falso».[6]

Y aún así, la obra de Hirst constituye una nueva forma radical de realismo, más que representar, es la cosa real, mostrada de una forma agresiva. No es sugestiva ni ilusionista… es dramáticamente barroca… y minimal…[7]

¡Y cotidiano! ¿Podemos encontrar algo más ordinario y trivial que un cenicero? En toda esta farsa de la apariencia lo banal se nos antoja, de repente, espectacularmente fascinante. Quién iba a decir que la basura de un bar (The Groucho Club, en Londres) se iba a convertir en objeto de atención y reflexión en una sala de exposiciones. El urinario de Duchamp ha crecido hasta tener más de cinco metros de ancho. Es absurdo, grotesco, y la prensa se sube por las paredes ante este insulto. Sin embargo, al igual que en otras tantas obras anteriores[8] todo este tema de fumar acaba siendo un ciclo de la vida en el que el paquete nuevo es una especie de nacimiento… con un encendedor actuando como alegoría de Dios (que da y quita la existencia). Obviamente el cenicero será la muerte en una ridícula pero inevitable metáfora. ¿Todo es un timo? ¿Y por qué no?:

«Me gusta la idea de gente rica comprando mis colillas[9]

Hymn 1999 – 2005

¿Qué podemos esperar si pertenecemos a un estrato social y a una generación que veía televisión y escuchaba música punk rock mucho antes de entrar en una galería de arte? Acaso nada más que subir el volumen -y el tamaño- (como en “Hymn”, 1999 – 2005)  para entonar un último canto, un grito, una loa a la descomposición, a la putrefacción de una sociedad pervertida hasta la médula… También el mundo del arte. Y es que esta pieza, una gigantomaquia de más de seis toneladas, pervierte el juguete que pertenecía a su hijo. Un modelo anatómico entre lo lúdico y lo educativo (algo que siempre ha fascinado a Hirst, de ahí su devoción por los museos de ciencias y todo lo que contienen) al que roba su inocencia infantil por el ¡simple! método de convertirlo en una Godzilla pedagógica.

¡Cuánto había aprendido este artista del publicista Mr. Saatchi,… dicen los críticos! Pero, sinceramente, no tengo muy claro quién enseñó más a quien. Pueden preguntar a Norman Rosenthal, Secretario de Exposiciones de la Royal Academy durante décadas y co-comisario de la más controvertida exposición en Inglaterra “Sensation: Young British Artists de la Colección Saatchi” con Charles Saatchi en 1997 sobre la capacidad de autopromoción de hirst ¿Les suena lo del Do it yourself?. Mientras lo hacen…:

«La publicidad es corrupción (…) Todo se está pudriendo, incluso las esculturas. Y la idea de acaparar, vender obras de arte es corrupta,…»[10]

The Virgin Mother, 2005

 Puede que sea el mayor ejercicio de cinismo del mundo (esa es una crítica habitual) pero este, junto a la ironía, tiene una cotización muy alta en la historia del arte. Guy Debord nos advertía en el 67: “El pensamiento de la organización social de la apariencia está él mismo oscurecido por la infra-comunicación generalizada que defiende. No sabe que el conflicto está en el origen de todas las cosas de su mundo. Los especialistas del poder del espectáculo, poder absoluto en el interior de su sistema de lenguaje sin respuesta, están absolutamente corrompidos por su experiencia del desprecio y del éxito del desprecio confirmada por el conocimiento del hombre despreciable que es realmente el espectador”.[11]

Y el conflicto es inagotable. Padre de un espectáculo incesante… que no debe ni puede parar.

Y el escándalo, como hijo putativo del espectáculo aparece para ayudar en forma de denuncias múltiples. ¡Damien Hirst me copia la obra…! Afirman Eddie Saunders,… y Norman Emms, y Colleen Wolstenholme, y Larry Poons… y Jason deCaires. Como levantando un velo que nunca había estado ahí. Ya le decía Hirst a otro artista (Richard Prince) –y es que entre pillos anda el juego-: “Realmente nunca sentí la necesidad de ser original. La mayoría de mis ideas son robadas”.[12] Porque el séptimo mandamiento entra en contradicción con la biblia Situacionista de Debord… Por si tenéis alguna duda:

«Las ideas se mejoran. El sentido de las palabras participa en ello. El plagio es necesario. El progreso lo implica.»[13]

The Inescapable Truth, 2005

Es entonces cuando cobra sentido que aquel Adán, el enorme Prometeo, esa especie de Cristo de la ciencia (tan educativo) encuentre su pareja… No, no como una Eva –no compliquemos más el asunto-.  “The Virgin Mother” -2005- es una joven bailarina de Degas, una Madonna que, aún, no ha dado a luz. En una especie de sincretismo entre lo religioso y lo profano, entre la fe y la ciencia, diez metros de maternidad se alzan ante nosotros con todo el peso de la vida (trece toneladas).

El bronce encuentra el color en una realidad despellejada, algo que todos sabemos y nos negamos a reconocer,… más allá del camuflaje de la epidermis la vida existe de otra manera y su visión, su alto cromatismo, nos remite al dolor… y a la muerte. El rojo siempre ha significado peligro, alarma, miedo,…
Pero las mujeres conocen “La verdad ineludible, 2005”. La medicina también. El nacimiento no es una llegada entre gasas vaporosas y efluvios de rosas. Hay una dura lección por aprender en la creación… A veces puede llegar el fracaso cuando intentas preservar algo con todas tus fuerzas. Y las consecuencias pueden ser dramáticas. Una paloma para representar la paz, el amor y la ternura (el Espíritu Santo), y una calavera como alegoría de vanitas.

For the Love of God, 2007

Vanitas vanitatum et omnia vanitas («vanidad de vanidades, todo es vanidad»).[14]

For the Love of God” -2007-, “¿qué vas a hacer ahora?” exclamaba la madre de Hirst cuando le explicaba sus proyectos. Así que tranquilos, esto va de espectáculo y de dinero ¿no?

¡Por amor de Dios! Ya le decía Joe Strummer que “cuando escribes canciones, si puedes adivinar la próxima rima en la siguiente línea, entonces es una mierda y tienes que cambiarla”[15]

De manera que la siguiente estrofa es una calavera de 32 placas de platino engastadas con 8.601 diamantes sin defectos con un peso de 1.106,18 quilates. Cada cual desafía la muerte como puede ¿no?. Los dientes insertados en la mandíbula son reales y pertenecen al cráneo original (un varón de 35 años procedente de la Europa mediterránea del periodo de 1720-1810).

Estamos aquí… de paso. Memento mori cristiano. Pero también hay mucho de brutalidad azteca y del decorativo concepto mexicano sobre la muerte.

Millones de libras, de dólares, de euros… dinero por todos lados. Hirst siempre ha afirmado que el arte trata de la vida y que el mundo del arte trata de dinero. Luz y color en el símbolo de la muerte. Miedo sí… y lujuria. Hay algo de pornográfico en todo esto. No hay velas ni libros viejos acumulando sabiduría. El cráneo es deseado… muchos quieren verlo, tocarlo,… así que se han editado maravillosas fotografías. Un souvenir de la realidad… Aunque la gente mate por esas pequeñas piezas de carbono.

«El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen.»[16]

Anatomy of an Angel, 2008

Puestos a divagar podemos hacerlo sobre el sexo de lo ángeles ¿Tienen? Cuándo era pequeño recuerdo que los curas –la iglesia- afirmaba que no tenían. “Anatomy of an Angel” es una escultura de mármol que se expuso como parte de la subasta en Sotheby’s de nuevas obras de Hirst, “Beautiful Inside My Head Forever” en 2008 (otros cientos de millones que asustaron al mercado en plena crisis financiera).

Basada en la escultura de Alfred Boucher “L’Hirondelle” -1920-, en la versión de Hirst, encontramos secciones de su cuerpo que muestran la estructura anatómica debajo de la piel. El ángel es humano, es una mujer,… y como cada vez que queremos averiguar algo de un ser vivo por medio de la ciencia… le hemos provocado un enorme daño. ¿Justifica el conocimiento tanto dolor?

The Golden Calf, 2008

El becerro de oro” fue la pieza más importante en la subasta de Sotheby’s. Si el tiburón se afirmó como obra identitaria de los años noventa esta podría serlo en el nuevo –ya no tanto- siglo. Por que, desde luego, la religión ha mutado, ha centrado sus afanes en otros dioses (y no parece ser que haya mejorado nada la situación con esta nueva devoción).

El ídolo (un toro Charolais británico conservado en formaldehído) tiene cuernos y pezuñas fundidas en oro macizo de 18 quilates. Resguardado en su templo (una vitrina dorada) y montado sobre un zócalo de mármol de Carrara, muestra una inequívoca y atractiva belleza.

El título nos da todas las pistas que necesitábamos. Está claro que se refiere al culto idólatra de los israelitas durante la ausencia de Moisés. Siguiendo la tradición iconográfica, está coronado con un disco solar de oro… simbolizando su pagana deificación. Pero no nos equivoquemos, no es Hirst el máximo sacerdote… ni el anticristo de este credo… que desde luego no es nuevo. El pone de relieve lo que todos sabíamos, lo que ya nos habían revelado, y nos resistimos a reconocer:

«El espectáculo es la reconstrucción material de la ilusión religiosa.»[17]

Oro por todos lados ¿es Hirst Midas? No creo que muera de hambre, por mucho que sus detractores lo deseen.

Por ejemplo, para la historiadora y crítica de arte Barbara Rose “el problema en el arte es la falsedad y la especulación”… Y con toda sinceridad afirma: “No creo que Damian Hirst sea artista, francamente. Ya ha bajado los precios. Por algo será”. Recordando a personajes de la aristocracia económica-cultural (Stein, Peggy Guggenheim, Rothschild…)
“falta una mujer excéntrica, rica y que quiera vivir de verdad la vida del artista y el arte de cerca. En este momento los coleccionistas sólo piensan en arte como inversión y ya no lo es. En el mundo existen los ricos y los demás. La burguesía clásica ha desaparecido”. “El valor del arte contemporáneo ya no es seguro. Hay un cambio en el mercado y a la hora de invertir hay que hacerlo con seguridad”.

Por supuesto a los adalides de la modernidad, esa revolución burguesa ininterrumpida, hay que dejarles rematar la faena: “A Warhol lo conocí muy bien. Era un hombre muy complicado. Tenía dos mil personalidades diferentes. Era genial, pero también una persona muy peligrosa. Creo que ha sido responsable de muchas muertes.” [18]

En fin… “Desde que el arte ha muerto se ha vuelto extremadamente fácil disfrazar a los policías de artistas. [19]

Podría ser adecuado, en este momento, releer un texto… “Por qué los hijos de puta vende mierda a los tontos”, de la exposición en la Tate ‘In-A-Gadda-Da-Vida’ junto a Angus Fairhurst y Sarah Lucas. No me alargaré explicando las diatribas políticas (Marx incluido) con las que Hirst argumenta… Me voy a la conclusión: Deja de comprarlo y dejarán de venderlo. ¡No hay bolsillos en un sudario!.

Lo último que sabemos de él es la locura cometida en la Bienal de Venecia de 2017 con “Treasures from the Wreck of the Unbelievable”. Ya había advertido en la entrevista que le hizo Tim Marlow en 2008 que tras comprarse la casa en México le sedujo la idea de hundir objetos en el mar y dejarlos allí unos diez años. Citaba platos y tazas, ‘cosas que había hecho y tesoros increíbles y hermosos de todo el mundo’. Todo ello sometido al desgaste del mar y también al aporte (como el coral) en una nueva confrontación de las pulsiones de vida y muerte que le mueven.

Para explicar el conjunto de la exposición inventó una fantástica historia del naufragio de Cif Amotán II personaje que había atesorado las obras de arte más fascinantes del mundo conocido en los siglos I y II. Tristemente acabaron en el fondo del Índico, cerca de Zanzíbar.

A estas alturas de la película, las oleadas de críticas fueron feroces. El espectáculo se hunde como un Titanic que solo puede hacer los verdaderos honores ante una maravilla de urbe que se sumerge. Todo bajo las aguas… esta vez malolientes.

En una charla con Irvine Welsh (sí, el que escribió Trainspotting) Damien Hirst le explicaba: «La gente siempre me dice: “Dios, podrías firmar una mierda de perro y venderla”, y tú dices: “Sí, podría, ¿pero, por qué coño lo haría?”».[20]

Puestos a que te acusen de plagio ¿por qué copiar una mierda? Además, Guy Debord y Joe Strummer observarían que ya está hecho.

Este último plagió el tema de Sonny Curtis “I Fought the Law” y dice el estribillo and the law won… De momento, entre espectáculo, escándalos, arte, religión y mucho dinero… Hirst silba el tema cambiándole el verso: I fougth the law… and I won. Porque en realidad:

«La vida es infinitamente más emocionante que el arte»[21]

Demon with Bowl, 2017

Quería hablar de arte. Quizás lo he hecho. No mucho.

* Mientras escribía sonaba una y otra vez, desesperada y obsesivamente, “I Fought the Law”, The Clash, 1977. (Podéis hacer lo mismo… o no)

[1] Richard Shone. ‘A Power to Amaze’.’Pictures from the Saatchi Gallery’. Clibborn Editions/Saatchi Gallery, 2001.

[2] El situacionismo es mucho más que un movimiento de agitación cultural. Se trata de una serie de propuestas radicales tanto en política como en cultura. Guy Debord. La sociedad del espectáculo. Ed. Pre-Textos, 2000. Traducción: José Luis Pardo.

[3] Servando Rocha. “Nos estamos acercando: la historia de Angry Brigade”. La Felguera Ediciones, 2008

[4] Declaraciones de Richard Wentworth a Mark Hudson. “British art’s invisible man”. The Daily Telegraph 7th February 2015 Page 16-17. https://www.telegraph.co.uk/culture/art/art-features/11401173/Richard-Wentworth-interview.html

[5] Damien Hirst en: An Interview
Hans Ulrich Obrist and Damien Hirst, 2007. http://www.damienhirst.com/texts/20071/feb–huo

[6] Guy Debord, op. cit. Punto 9.

[7] Rudi Fuchs ha desarrollado este término para la obra de Damien Hirst. ‘Minimal Baroque and Hymns’. Damien Hirst – ‘Cornucopia’. Other Criteria/Musée Océanographique de Monaco, 2010.

[8] Ver “CREO QUE NECESITAMOS ARTE, PROBABLEMENTE, MÁS DE LO QUE NECESITAMOS A DIOS…” (Iª Parte)https://plazabierta.com/creo-que-necesitamos-arte-probablemente-mas-de-lo-que-necesitamos-a-dios-ia-parte/

[9] Damien Hirst en una entrevista realizada por el crítico Stuart Morgan. ‘An Interview with Damien Hirst’ Stuart Morgan and Damien Hirst, ‘No Sense of Absolute Corruption’ (Gagosian Gallery, 1996). http://www.damienhirst.com/texts/1996/jan–stuart-morgan

[10] Damien Hirst en una entrevista realizada por el crítico Stuart Morgan. op. cit.

[11] Guy Debord, op. cit. Punto 195.

[12] ‘A Conversation. Richard Prince and Damien Hirst’, 2009. http://www.damienhirst.com/texts/2009/jan–richard-prince

[13] Guy Debord, op. cit. Punto 207.

[14] Eclesiastés (Ec 1, 2)

[15] ‘Beautiful Inside My Head Forever: An interview with Tim Marlow’. Tim Marlow and Damien Hirst, 2008. http://www.damienhirst.com/texts/2008/tim-marlow-beautiful-auction

[16] Guy Debord, op. cit. Punto 34.

[17] Guy Debord, op. cit. Punto 20.

[18] Barbara Rose. Entrevista de J. R. Seguí  a Barbara Rose en Levante. El Mercantil Valenciano. 26.12.2010 https://www.levante-emv.com/cultura/2010/12/26/problema-arte-falsedad-manipulacion/768684.html

[19] <<Cuando las últimas imitaciones de un neodadaísmo resucitado tienen autoridad para pontificar gloriosamente en los medios de comunicación y por tanto también para modificar un poco la decoración de los palacios oficiales, como los locos de los reyes de pacotilla, puede verse cómo, simultáneamente, se garantiza una cobertura cultural a todos los agentes o similares, de las redes de influencia del Estado. Se abren pseudomuseos vacíos o pseudocentros de investigación sobre la obra completa de un personaje inexistente tan rápido como se construye la reputación de periodistas-policías o de historiadores-policías, o de novelistas-policías. Arthur Cravan sin duda veía acercarse este mundo cuando en Maintenant escribía: “En la calle pronto no se verán más que artistas, y se pasarán todas las fatigas del mundo para descubrir un hombre”. Tal es el sentido moderno de una antigua ocurrencia de los granujas de París: “¡Hola, artistas! Tanto peor si me equivoco.” >>.  Guy Debord . “Comentarios sobre sobre la sociedad del espectáculo”  París, 1988. Traducción de Carmen López y J. R. Capella. Anagrama. Barcelona, 1990)

[20] Damien Hirst. ‘A Conversation with Irvine Welsh’, 2004. http://www.damienhirst.com/texts/2004/march–irvine-welsh

[21] ‘Damien Hirst & Sophie Calle’, ‘Internal Affairs’ (Jay Jopling/ICA, 1991).

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