Otro año más de falacias de políticos mediocres, de mentiras, de ideologías caducas de un lado y del otro, de distintos colores, de distintas banderas, de saludos fascistas, de puños cerrados, de borregos sin ideas, de enfrentamientos, de confrontación.
Sigue habiendo pobreza, gente sin casa, sin comida, sin oportunidades, que se mueren de frio y de hambre en un país llamado España, sin trabajo, sin recursos… sin derecho a la vida porque se les niega lo más básico, sea por la razón que sea; porque no pudieron labrarse un futuro, porque no supieron o, incluso, porque no quisieron, que más me da, si ahora viven en la indigencia y sin oportunidades. Tal vez desechos de políticas fracasadas, como mondas de fruta podida en la basura que ya no pueden reciclarse. Aunque con el mismo final que para todos, viejos, infelices o muertos.
Que más me da que su destino sea un error de su pasado o por un pasado sin futuro, porque tenían que sobrevivir al día a día. Que más da, son los oprimidos o como dice un amigo mio: “los nadie”. ¿Acaso no somos todos oprimidos?, el pensionista que después de más de cincuenta años cotizados cobra una pensión rídicula, el trabajador que trabaja 12 horas para sacar adelante a su familia, el autónomo que tiene pagar sus cuotas a la Seguridad Social aún teniendo perdidas, el profesor que no puede enseñar porque la ratio de alumnos por curso es excesiva, los sanitarios, el policía, el bombero, que arriesgan su vida por salvar la nuestra y un largo etcétera de gente ¿normal?, que sólo pretende sobrevivir a la hipocresía del sistema.
Y ellos, los políticos burgueses de un lado y del otro, populistas con casas de lujo, con coches de alta gama, con trajes de boutiques selectas, que comen en restaurantes con estrella michelín… todos ellos de distintos colores, de distintas banderas, de saludos fascistas, de puños cerrados, de borregos sin ideas, forman el mismo circo, la misma pantomima de todos los años, de todos los seis de diciembre. Celebran un texto lleno de promesas incumplidas, de medias verdades o de mentiras absolutas.
Se dan abrazos, saludos hipócritas, en medio de una guerra de ideologías sin ideas o de ideas fabricadas en un despacho por expertos en marketing. Que pufo político, resultado de elecciones llenas de mentiras, de promesas incumplidas.
Las calles están llenas de protestas, de trabajadores, de servidores públicos, de estafados, de engañados. Todos tienen razón… Y, ellos, los que se insultan desde sus escaños, los convierten en tontos útiles para su campaña, a unos denostándolos, a otros ensalzándolos como patriotas, y ellos se dejan. ¿Cómo se puede ser patriota para unos y para otros traidores o desleales?. Sólo porque piden la justicia social que nos promete esa Carta Magna cuya ratificación en referéndum hoy festejan y que día tras día incumplen o manejan a su antojo, bajo la interpretación de un Tribunal que va desde el desprestigio a la irrelevancia, fruto de un reparto por cuotas de poder que, junto a otros tribunales e instituciones hacen de la independencia de poderes una burla al ciudadano que busca la justifcia, y baldía la Constitución y las leyes que sustenta.
Algo tiene que cambiar, y son ellos los políticos, algo imposible sino cambia previamente la sociedad que los vota, porque solo cuando dejemos de solucionar los problemas a garrotazos, podremos decir, que hemos superado la eterna confrontación que impregna la sangre de los españoles, pasando a un estadio superior que es el del humanismo, el del consenso, en el que todos arrimemos el hombro para conseguir una España mejor, plural y unida a la vez y lejos de constitucionalistas hipócritas que utilizan la Constitución para fundamentar una libertad, una democracia que no existe, lejos de reconocer la cruda realidad.
Tal vez este equivocado, pero sigo viendo falacias de políticos mediocres, mentiras, ideologías caducas de un lado y del otro, de distintos colores, de distintas banderas, de saludos fascistas, de puños cerrados, de borregos sin ideas, enfrentamientos, confrontación… en busca de un único objetivo rentabilizar sus votos.