CONÓCE TU MENTE ANTES DE MORIRTE

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Mucho se ha escrito sobre el órgano que rige todos nuestros procesos. Por consiguiente, se ha distorsionado y exagerado las posibilidades de nuestro cerebro más por ignorancia que por ánimo de lucro. Algunos de estos mitos o barbaridades son éstas:

Solo utilizamos el 10% del cerebro: Este es uno de los mitos más extendidos. La verdad es que utilizamos todo nuestro cerebro. No hay una cantidad de materia neural de reserva esperando a que se le asigne otro trabajo. Esto lo confirman miles de escáneres cerebrales en los que se pueden ver ondas de actividad que cruzan todo el cerebro.

Las neuronas pierden la capacidad de reproducirse cuando somos adultos: Existe la creencia de que nacemos con un número determinado de células cerebrales y que cuando nos hacemos adultos es imposible generar otras nuevas. Sin embargo, teorías recientes desmienten esto y estiman que en un cerebro adulto de una rata se produce todos los días entre 5.000 y 10.000 neuronas nuevas, concretamente en el hipocampo, (neurogénesis).

El cerebro gasta más de la mitad de la energía de nuestro cuerpo: Es cierto que las células nerviosas tienen necesidades energéticas muy elevadas. Sin embargo, el encéfalo lo que utiliza es el 20% del total del oxígeno corporal y una fracción similar de glucosa.

El hemisferio derecho es más creativo: Las imágenes cerebrales captadas en personas durante procesos creativos muestran más actividad en el hemisferio derecho que durante procesos analíticos, pero la idea, durante muchos años arraigada, de que en el hemisferio derecho reside la creatividad y en el izquierdo la racionalidad pierde fuerza a medida que las investigaciones revelan la estrecha interconexión que existe entre un hemisferio y otro.

La producción de nuevas conexiones cerebrales se para en la vejez: A lo largo de la vida se van generando conexiones cerebrales, incluso durante la vejez. La plasticidad del cerebro, es decir, su capacidad de cambio está siempre presente.

Después del nacimiento, el cerebro puede tardar algunos meses en madurar: El desarrollo del sistema nervioso es diferente según las estructuras y regiones corticales. Por ejemplo, las áreas prefrontales son las últimas en completar el proceso de desarrollo y lo hacen alrededor de los dieciocho años de edad.

La idea de la telepatía y la levitación: Algunas personas creen que si pudiéramos acceder a más del 10% de nuestro cerebro, podríamos desarrollar habilidades como la telepatía o la levitación. Sin embargo, estas ideas son fruto del “pensamiento mágico” y no tienen respaldo científico.

La clasificación de las inteligencias: Otro mito es que existen diferentes tipos de inteligencia que pueden ser clasificados de manera empírica. Sin embargo, esta idea no tiene respaldo científico.

DESCRIPCIÓN DE NUESTRO ÓRGANO RECTOR

Peso y volumen: El cerebro humano pesa entre 1.300 y 1.400 gramos, y tiene un volumen aproximado de 1.100 a 1.500 centímetros cúbicos.

Forma y consistencia: Tiene la forma de una nuez grande y una consistencia gelatinosa.

Ubicación: Se encuentra en la cabeza, protegido por los huesos del cráneo y suspendido en líquido cefalorraquídeo.

Composición: Está compuesto por neuronas que se conectan entre sí a través de impulsos electromagnéticos y sustancias químicas.

Hemisferios: El cerebro humano se divide en dos hemisferios, cada uno de los cuales se encarga de diferentes funciones.

Lóbulos: Los hemisferios del cerebro se dividen en lóbulos (frontal, parietal, temporal y occipital), cada uno de los cuales tiene funciones específicas.

Corteza cerebral: La corteza cerebral, que recubre la superficie del cerebro, es responsable de funciones como el lenguaje, la memoria y el pensamiento.

Es importante recordar que estas son generalizaciones y que la estructura exacta del cerebro puede variar entre individuos.

Otro dato importante es el número de la unidad básica de información, la neurona. Es ahí donde se producen los milagros del lenguaje, los recuerdos, las emociones y la inteligencia.

Se estima que el cerebro humano tiene entre 86.000.000.000 y 100.000.000.000 neuronas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas cifras son aproximadas y pueden variar entre individuos. Además, el número de neuronas puede cambiar a lo largo de la vida de una persona. Por ejemplo, el cerebro de los recién nacidos tiene un número de neuronas bastante mayor, pero muchas de ellas aún no son del todo funcionales. Durante las primeras dos décadas de vida, el proceso de maduración de los procesos mentales tiene que ver con favorecer que las neuronas que se utilizan se conecten entre sí, no con incrementar el número de células nerviosas.

 

LAS FUNCIONES CONGNITIVAS.

Las funciones cognitivas son procesos mentales que nos permiten llevar a cabo cualquier tarea. Nos permiten tener un papel activo en los procesos de recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información, lo que nos permite desenvolvernos en el mundo que nos rodea. Las funciones cognitivas más importantes son:

Atención: Es el proceso por el cual podemos dirigir nuestros recursos mentales sobre algunos aspectos del medio, los más relevantes, o bien sobre la ejecución de determinadas acciones que consideramos más adecuadas entre las posibles.

Orientación: Es la capacidad que nos permite ser conscientes de nosotros mismos y del contexto en el que nos encontramos en un momento determinado.

Memoria: Es la capacidad de almacenar, retener y recordar información.

Gnosias: Son la capacidad que tiene el cerebro para reconocer información previamente aprendida como pueden ser objetos, personas o lugares a través de nuestros sentidos1.

Funciones ejecutivas: Son las habilidades cognitivas necesarias para controlar y coordinar otras habilidades y comportamientos cognitivos.

Praxias: Son las habilidades motoras adquiridas.

Lenguaje:  O el arquitecto de la inteligencia. Es la capacidad de expresar y comprender ideas y pensamientos a través de sistemas de comunicación.

Cognición social: Es la capacidad de interpretar, analizar y responder a las intenciones, emociones y comportamientos sociales de los demás.

Habilidades visoespaciales: Son las habilidades para percibir, reconocer y organizar información en un espacio tridimensional.

Todas estas actividades requieren la utilización de nuestras funciones cerebrales, lo que implica millones de conexiones neuronales repartidas por los lóbulos cerebrales y la activación de diferentes áreas del cerebro para desenvolvernos adecuadamente con nuestro entorno y procesar la información que obtenemos por diversos canales.

Las funciones cognitivas están relacionadas con diferentes áreas del cerebro, es decir, toda nuestra actividad mental se da en un sustrato material que es nuestro sistema nervioso central y más en concreto, en nuestro cerebro, por ejemplo:

Atención: El sistema reticular activador ascendente, ubicado en el tronco cerebral, juega un papel crucial en la atención. Además, la corteza prefrontal y parietal también están involucradas en la atención selectiva.

Orientación: La orientación espacial y temporal está asociada con las regiones parietales y temporales del cerebro.

Memoria: La memoria a corto plazo está asociada con la corteza prefrontal, mientras que la memoria a largo plazo está relacionada con el hipocampo en el lóbulo temporal1.

Gnosias: Las gnosias visuales están relacionadas con el lóbulo occipital, mientras que las gnosias auditivas y táctiles están asociadas con los lóbulos temporal y parietal, respectivamente.

Funciones ejecutivas: Estas funciones están asociadas con la corteza prefrontal.

Praxias: Las praxias están relacionadas con el lóbulo parietal.

Lenguaje: El área de Broca en el lóbulo frontal está asociada con la producción del habla, mientras que el área de Wernicke en el lóbulo temporal está relacionada con la comprensión del lenguaje.

Más funciones cognitivas

Velocidad de procesamiento: Es la capacidad que tiene nuestro cerebro para procesar la información que recibimos del entorno. Esta función es fundamental para poder responder de manera adecuada y rápida a las demandas del entorno.

Funciones visoperceptivas y visoespaciales: Estas capacidades cognitivas nos permiten reconocer y clasificar los estímulos. Gracias a ellas reconocemos caras o distinguimos un perro de un gato. Es decir, nos ayuda a interpretar la información.

Ejecución de la conducta: Otras funciones cognitivas superiores son la capacidad de iniciar, mantener y secuenciar conductas de modo ordenado e integrado.

Eficacia: Entre las funciones cognitivas superiores hay el control del tiempo, el uso del feedback y la autorregulación de la conducta.

 Memoria a corto plazo: Es la capacidad de retener una pequeña cantidad de información de manera activa en un breve periodo de tiempo.

Estas funciones cognitivas, al igual que las que mencioné anteriormente, están interrelacionadas y dependen en gran medida unas de otras. Si una función está alterada, es posible que las otras también se vean afectadas.

Las funciones cognitivas que mencioné anteriormente también están asociadas con diferentes áreas del cerebro:

Velocidad de procesamiento: Esta función está asociada con la corteza prefrontal, que es responsable de la planificación y la toma de decisiones.

Funciones visoperceptivas y visoespaciales: Estas funciones están asociadas con el lóbulo occipital (responsable de la visión) y el lóbulo parietal (responsable de la percepción espacial).

Ejecución de la conducta: Esta función está asociada con varias áreas del cerebro, incluyendo la corteza prefrontal (que está involucrada en la planificación y la toma de decisiones) y el lóbulo parietal (que está involucrado en la percepción espacial y la coordinación motora).

Eficacia: Esta función está asociada con la corteza prefrontal, que es responsable de la planificación y la toma de decisiones.

Memoria a corto plazo: Esta función está asociada con el lóbulo frontal, específicamente con la corteza prefrontal.

Es importante tener en cuenta que estas asociaciones son generalizaciones y que la localización exacta de las funciones cognitivas puede variar entre individuos. Además, muchas funciones cognitivas requieren la participación de múltiples áreas del cerebro.

 

¿QUÉ OCURRE MIENTRAS DORMIMOS?. ¿Nos apagamos?

Mientras dormimos, nuestro cuerpo y cerebro pasan por una serie de cambios y procesos que son esenciales para nuestra salud y bienestar. Un resumen de lo que ocurre:

Relajación muscular e inmovilidad: Durante el sueño, especialmente en las etapas de sueño REM, los músculos del cuerpo se relajan. Esta relajación muscular es esencial para evitar movimientos bruscos y posibles lesiones.

Actividad cerebral: Aunque el cuerpo está en un estado de relajación, el cerebro está muy activo durante el sueño. En la fase de sueño REM, el cerebro se ocupa de la consolidación de la memoria y de la depuración de toxinas.

Regulación hormonal y reparación celular: Durante el sueño, el cuerpo regula la producción de varias hormonas, repara los tejidos y fortalece el sistema inmunológico.

Consolidación de la memoria: Mientras dormimos, el cerebro procesa y organiza la información adquirida durante el día, transformando los conocimientos almacenados en la memoria a corto plazo en conocimientos almacenados a largo plazo.

Sueños: Durante la fase REM del sueño, se producen los sueños. Esta fase se caracteriza por un movimiento rápido de los ojos, una paralización de los músculos y una aceleración del ritmo cardíaco y de la respiración.

Es importante recordar que la cantidad y calidad del sueño son fundamentales para nuestra salud. La falta de sueño o un sueño de mala calidad pueden tener efectos negativos en nuestra salud física y mental.

¿POR QUÉ SOÑAMOS Y PARA QUÉ LO HACEMOS?

Soñar es un fenómeno complejo y aún no se comprende completamente. Sin embargo, existen varias teorías que intentan explicar el motivo de soñar:

Procesamiento de emociones: Algunos estudios sugieren que soñar puede tener una función terapéutica, ayudándonos a manejar emociones y experiencias traumáticas. Durante la fase REM del sueño, cuando ocurren la mayoría de los sueños, se ha observado una disminución de la actividad en las partes del cerebro que controlan las emociones.

Consolidación de la memoria: Otra teoría propone que soñamos para ayudar a nuestro cerebro a procesar y consolidar la información y los recuerdos del día. Durante el sueño, nuestro cerebro puede desechar información innecesaria y fortalecer los recuerdos importantes.

Resolución de problemas: Algunos expertos creen que soñar puede ser una forma de que nuestro cerebro trabaje en la resolución de problemas que enfrentamos durante el día.

Simulación de amenazas: Esta teoría sugiere que soñamos para prepararnos para posibles amenazas en el futuro. Al soñar con situaciones temibles, podemos ensayar cómo manejarlas en la vida real.

Activación cerebral aleatoria: Algunos investigadores han propuesto que los sueños son simplemente el resultado de la activación aleatoria de ciertas áreas del cerebro durante el sueño.

Es importante recordar que estas teorías no son mutuamente excluyentes y todas podrían tener algo de verdad. Soñar es probablemente el resultado de una combinación de estos procesos y otros aún desconocidos.

Así pues, no se trata de hacer que nuestro cerebro trabaje más para ser más eficiente, sino que aprenda a trabajar de forma distinta. Para ello, es importantes que lo conozcamos bien y le quitemos el sello de fábrica.

BIBLIOGRFÍA

 

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  2. 2017: “6 mitos sobre el cerebro y su funcionamiento, según la neurociencia.
  3. 2015: “10 mitos sobre el cerebro – UNCiencia.
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  9. 2004: Maturana, H., y F. Varela. “De máquinas y de seres vivos: Autopoiesis. La organización de lo vivo.” Santiago de Chile: Editorial Universitaria-Lumen.
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