He aquí un escenario familiar: estás a la altura de tus proyectos. Tu jefe presenta una nueva iniciativa y te pide que la encabeces, sabiendo muy bien que ya estás sobrecargado. De alguna manera ignoras los gritos internos dentro de tu cabeza y, para tu propia incredulidad, te escuchas decir que sí a esta solicitud. ¿Por qué?
Este personaje de tebeo, Ángel sí señor”, un individuo sencillo de entre 20-30 años, de carácter dócil y servicial, siempre contestaba cortesmente “Sí, señor” a todas las peticiones que recibía, por absurdas que parecieran. Era incapaz de negarse a nada, por lo que todos a su alrededor se aprovechaban de él.
Parece una obviedad pero para aprender a decir “no”, antes hay que dejar de decir “sí”. Pero, ¿cómo dejar de decir Sí cuando quieres decir No?
A veces nos encontramos pensando “no, no, no, no” y luego decimos “sí”. ¿Por qué es tan difícil decir la palabra “no”? Es solo una palabra, ¿verdad? ¿Alguna vez te has preguntado por qué era tan fácil decir que no cuando eras pequeño y por qué se ha vuelto tan difícil ahora? ¿Qué pasó?
Pasó que aprendimos que decir que no era descortés o inapropiado. Decir que no estaba fuera de los límites, y decir sí, era la parte amable. Nos aferramos a nuestras creencias de la infancia y seguimos asociando “no” con ser desagradable, maleducado, cruel o egoísta, a pesar de que parece un auto-sabotaje descarado.
“Hay que decir “no” a mil cosas para estar seguro de que no te estás equivocando o que intentas abarcar demasiado.” Steve Jobs
Muchas veces decimos que sí sólo para no tener que enfrentarnos a las consecuencias de una respuesta negativa.
Consejos útiles para decir no
Sed directos: “no, no puedo” o “no, no quiero”.
No disculparse ni dar todo tipo de razones.
No mentir: probablemente conduciría a la culpa, y esto es lo que estamos tratando de evitar sentir.
Recordad que es mejor decir no ahora que resentirse después.
La cortesía es necesaria: “Gracias por preguntar”.
Practicad decir no, ya sea solo o con un amigo. Imaginad un escenario y luego ensayad decir no.
Intentad no decir “lo pensaré” si no queréis hacerlo. Esto solo prolongará la situación y llegará el estrés.
Nuestra autoestima no depende de cuánto hagamos por otras personas.
Aprender a decir que no será una de las mejores cosas que podréis hacer por vosotros mismos. Es un desafío superar el miedo al rechazo. No deberíamos sentirnos atrapados, resentidos o culpables, sino empoderados y libres.
También tenemos el antagonismo:
“¡Si hombre!” trata sobre un empleado del banco (Jim Carrey) que dice no a todo en su vida, hasta que una experiencia en un seminario motivador lo cambia para decir ¡Sí! a todo lo que viene en camino…