Ya no va la niña al circo
ya no hay quien la lleve,
ya han quitado la carpa
que ahora esta cubierta de nieve.
Ya no hay
payasos, tragasables
titiriteros ni trapecistas.
Ya no hay maestro de ceremonias
presentado al Señor Sol
cuando los focos abran la pista
y entre el arco iris multicolor.
Y ahora llora la niña
porque ya no puede ver
la cara de aquel payaso
que a ella la vio crecer.
Ya no va la niña al circo
que ya nadie quiere ver,
ya acabo la ficción de su infancia
y ahora,
en su nuevo laberinto
el repertorio del tiempo
rasgó como un relámpago
el recuerdo de su mito.