Los sueños rancios
se oxidan en barcos varados de vida de lija
respiro y me pierdo por las calles que antes estaban
El aire no me enreda el pelo
Veo los bares desde las aceras
Relojes para autómatas de feria antigua
Apoyo los codos y me agarro la cabeza
con esas manos que apenas reconozco
de dedos torcidos y arrugas que son surcos sin sembrar
esta en baldío
ya no queda piel en barbecho
ya no me salen tallos de flores de las palmas de mis manos.
Isla pequeña, vacía y huera
Un desierto de miradas limpias o simplemente vivas
Las hiedras van copando los muros que no dividen espacios
Marco alguna hora, en la piel de la playa
La lluvia la derrite y la arrastra hasta las olas insípidas
Que isla más hueca, que isla más melancolía
“Soy feliz y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad”
Cuelgan las páginas de las ramas de los arboles de la “isla melancolía”
Construyo silencios con adoquines de adobe
un techo de cielo que tapo con una manta sobreviviente llena de girones.
La muerte me sigue los pasos, pero no sabe tomarme los atajos
Y yo sé que debo libros y frases a cientos de silencios amigos
No tendré tiempo de gastar los pecados que tenía previsto,
tampoco podré mutilar a machete, a las fieras devoradoras de risas.
Llega el sueño de la brisa fresca con arena blanda
Isla con barco varado
Isla solitaria y fantasma
Isla flotadora, huidora de gente
de relojes y de sombrillas
explota lo imposible en sueños de vidas “enrelojadas” en tiempos
de barcos mortajas.
Sigo mi paseo anual por la isla ya sin orillas melancólicas
sigo con la cojera que marca desigual mi paso en la arena húmeda
y todavía creo en la balanza del aequilibritas el equilibrio de la libertad
que desalmados han convertido en banderas anarco capitalista.
Me siento y una avanzadilla de ola me moja los pies
miro y hay restos de naufragio de vida y plásticos
nadie llama a la puerta de las islas desiertas
nadie mira a las mareas dormidas
la calma pone nervioso a las boyas flotantes
boyas que no indican frontera ni camino
sólo le dejan sobresalir un poco la cabeza para no morir en apnea
boya sin cadena ni lastre que flota sin rumbo
en búsqueda de una playa donde encallar
y dormir el sueño de los justos de espada y poesía.
Abaten a las brumas que heridas
caen de rodillas
sobre la superficie del mar sin desbravar
sin nombre, sin familia sin nadie a quien besar,
rudo y con agua “lijoso” llenito de arena que nunca fue playa
las rosas de los vientos hacen penitencia, por no tener pecado,
y el alma impoluta.
Manos artrósicas y de piel ruda
Pasa la mano al casco del barco encallado
Mapa que siempre vivió sumergido
sin sacar cabeza de la línea de flotación.
Ahora con su frete al sol van dibujando oxidación salina
Ahora entrega su vientre para acuñar la playa que le verá sumergirse
En granitos de arena férrea y melancólica de mares pasados.
isla con barco jubilado
isla con barco esquelético y famélico
Isla sin naufrago
Isla con solitario.
muchisimas gracias, salud compañeros/as