Carolina Saavedra

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«Sueño para escribir y escribo para seguir soñando» dice Carolina Saavedra, escritora madrileña. Así lo cuenta y lo escribe, para que se cumpla. Con Cuentos de Ulises mudo, sirenas varadas y otros mares, cierra lo que ella define como «trilogía del amor y la devastación». Esa triada la completan su segunda novela Cuando Nevers invadió Hiroshima, editada en 2022 y Palabras para no borrarte, un pequeño diccionario poético publicado a finales de 2020. Antes de ese trío, en diciembre de 2019, nació su primer libro, Eva de paso. Ella se define como una cuentista que a veces escribe de más y las historias cortas le crecen sin que pueda evitarlo, convirtiéndose en novelas. Pero en su opinión: «lo importante se encuentra en el detalle mínimo, ese de donde brotan todas las palabras».

REDENCIÓN…

Un no saber que no mata, pero te encoge poco a poco. Te arruga hasta hacerte tan pequeña como la diminuta brizna de un...

ESTO…

No sé si poner una coma o punto y coma. Termino por poner un punto y continúo aparte. Vuelvo a mirar la frase una y...

LO QUE NO SE BESA NO SE PISA…

Solo quiere que la trate bien. Permanecer agazapada en la necesidad de él, apenas existente, de dispensar ternura. Esa, que algunas veces, muy pocas,...

EL SEGUNDO CAFÉ…

Mientras tomo el segundo café, el de las seis de la mañana, me entretengo viendo a una bolsa vacía jugar con las hojas, las...

EL TREN DE LA BRUJA…

«¡Cómo vuelvas a darme con la escoba te meto una leche que te espabilo!», la chica disfrazada de bruja se alejó mirándonos asustada, ella...

FELIZ EN TU DÍA…

Sopla las velas como quien quiere apagarlo todo, incluido el deseo; cada vez más cerca de la sexta década y cada día más lejos...

A LAS CINCO DE LA TARDE

Cuando escucha cerrarse la puerta a su espalda siente como esta se le parte en un escalofrío. Tal vez no estuviera preparada para darle...

ESE DÍA…

Siempre hay un «no puedo más» que es el último. Que va cargado de maletas, de sueños y de años. Un «no puedo más» donde...

CUANDO NEVERS INVADIÓ HIROSHIMA

    Tres años, mil noventa y seis días, y veintiséis mil trescientas cuatro horas, sin haber vuelto a saber nada el uno del otro. Un...

MEJÓRATE NAVIDAD…

 Ayer leí una expresión en algún sitio, no recuerdo dónde: «tengo el alma pochita» y dije, ¡vaya!, eso es lo que yo siento. Ahora...

UNA MALA DECISIÓN…

  Si fuera una película comenzaría con la pantalla fundida en negro y el plano se iría abriendo poco a poco dejando ver al espectador...

HAZ HOY LO QUE TAL VEZ NO PUEDAS MAÑANA…

    Puede ser que llamemos casualidad a lo que no entendemos, a la respuesta demasiado breve a una pregunta excesivamente pensada. No puedo escribir, hace mucho...

TIROS AL AIRE…

  Las guerras no comienzan cuando se lanza la primera bomba, lo hacen mucho antes, en el acto de recargar un tambor de balas, en...

IN MEMORIAM…

In memoriam… En recuerdo de… En memoria de… Me pregunto ¿cómo acumulas a una persona en un solo recuerdo? ¿Cómo guardas en la memoria un singular? La...

VISPERAS…

  Me pregunto cuántas veces podemos despedirnos del mismo lugar, quien dice lugar dice persona. Me pregunto cuántas soy capaz de hacerlo yo. Hoy, por...

LO QUE NO SE DICE NO OCURRE…

    Él no sabe que es ella hasta que la última gota rebasa el puño. Intenta recogerla con la otra mano, pero no llega a...

FINAL DEL VERANO

    Lo último es lo que permanece. Anula todo lo anterior y se queda flotando. Intento agitar esa capa con la mano para que desaparezca,...

ENCONTRÉ EL FINAL ENTRE LAS PELUSAS DE MI OMBLIGO…

  Entre la somnolencia, Lección de anatomía de Rembrandt se dibuja en los espacios vacíos de mi cerebro, que todo sea dicho, cada día son...

ESTA MAÑANA…

    Me duele un costado. Justo ahí donde apoyas tu brazo cuando duermes, donde se hunde la cintura, ahí. He sonreído al despertar y he acariciado...

EMPATÍA

  ⸺Yo tenía veinte años y no permitiré a nadie decir que esa es la mejor edad. En ese instante decido apagar la grabadora. Él continúa...

EL PEQUEÑO JACK…

  Recuerdo su olor, agrio, caliente, como de pan ácimo. Recuerdo su tacto, blando, mullido, como de madeja de lana. No recuerdo sus ojos, ni su boca,...

HÁBITOS QUE SE HACEN VICIOS…

    A todo se acostumbra uno. A todo. Al estómago contraído, a la pérdida de estímulos y a la pena mora del abandono. A la tristeza...

TERAPIA…

    Me dice el psicólogo que escriba todo lo que me pase por la cabeza, todos los días, que siga como un diario, un cuaderno...

DOLOR Y VIDA

    «Madre, me acuerdo mucho de ti». Miguel Hernández   Una cucharada y otra más, solo quedan tres o cuatro, ya comienza a trasparentar el mantel de cuadros...

DESPEDIDA DE UNA SIRENA

  Le deja sobre la almohada un haiku del maestro Matsuo Basho. No encuentra mejor forma de despedirse. Le recorre con una caricia que no le...

EL DÍA QUE ANNIE ERNAUX ENTRÓ EN MI VIDA…

Más difícil que desnudarse es volverte a vestir. Eso lo pienso mientras veo la ropa rasgando las baldosas del suelo. Las prendas andan desperdigadas...

OBSESIONES…

    Las obsesiones, esa madeja de esparto que siempre anda escondida en un recodo de la vergüenza. Reconocerse obsesivo es terrible, es decir en voz...