Algo hacemos mal

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Yo supongo que en este país estamos haciendo algo mal. Y lo supongo, a pesar de las palabras ajenas, porque si escucho al paisanaje, a la gente con la que me cruzo a diario, a las personas que en el bar alzan un poco la voz al hablar, compruebo que el fatalismo, ese que en España se divide entre el cabreo y el chiste, es el sentimiento más generalizado. Un fatalismo crudo, desanimante, pegajoso, que tiñe la calle de una atmósfera pesada, de esas que en verano parece anunciar tormenta.

 

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Yo supongo que en este país algo estamos haciendo mal cuando la institución responsable de la defensa institucional del mismo mira para otro lado cuando son atacadas otras instituciones, o incluso, es parte directa del ataque. El poder judicial y los órganos administrativos son parte de ese tejido institucional que el gobierno tiene el compromiso y la obligación de defender y parece ser que se le ha olvidado.

Yo supongo que en este país algo estamos haciendo mal cuando la oposición no necesita otro argumento dialéctico para  descreditar al candidato a presidente del gobierno que repetir lo que dijo durante las elecciones y lo que dice durante la investidura, y no tiene ni que mentir.

Yo supongo que en este país algo estamos haciendo mal cuando unos delincuentes, juzgados y condenados en firme tienen, más apoyo político que el propio concepto de país.

Algo debemos de hacer mal en este país cuando más de la mitad de la población se siente afrentada por los acuerdos, y los actores que los acordaron, alcanzados para lograr una investidura que no garantiza más que inestabilidad y una quiebra crispada de la sociedad.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando alguien se siente capacitado a vender su voto por unos kilómetros de carretera y se siente amenazado en su propio entorno por haberlo logrado.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando una diputada es puesta en cuestión por votar en conciencia y haya un sector que aplaude la posibilidad de que sea sancionada por ello.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando se pone su futuro en manos de quienes han dicho que desean desmembrarlo y hay una parte de representantes y representados que consideran que tienen argumentos para defender esa posición.

Algo demos estar haciendo mal en este país cuando una parte de él se siente por encima de la ley y pone en cuestión las consecuencias emanadas de su incumplimiento.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando la única razón que admitimos es la propia y consideramos que todo debe de estar sujeto a lo que cada uno piensa en cada momento.

Algo debemos estar haciendo mal en este país cuando las fuerzas populistas de ambos extremos y las rupturistas son las que más se alegran y más beneficio esperan de una situación que nadie ha sabido gestionar correctamente.

Algo debemos estar haciendo mal en este país cuando todos los actores que protagonizan el teatrillo político, todos, pueden ser acusados, y se acusan, de mentirosos, pero los que los han votado defienden esas mentiras porque son las mentiras de su candidato.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando cualquier desacuerdo, cualquier muestra de criterio independiente, cualquier llamada a la reflexión, es considerada como algo intolerable y contestada con el insulto y la descalificación.

Algo debemos de estar haciendo mal en este país cuando convertimos a los contrarios en enemigos, a los discrepantes en objetivos y a las ideologías en armas arrojadizas que de momento no matan.

Algo debemos estar haciendo mal en este país cuando la clase dirigente es la más desprestigiada, la más denostada, la más cuestionada, pero los ciudadanos no encuentran el cauce para poder hacer efectiva su frustración.

Algo debemos estar haciendo mal en este país cuando a un ciudadano de a pie, a mí, los calificativos que más le cuadran para el futuro presidente del gobierno sean: soberbio, frentista, ambicioso y mentiroso.

Algo debemos haciendo mal en este país cuando a un ciudadano de a pie, a mí, si me preguntaran a cuál de los otros posibles candidatos elegiría por sus virtudes, me pondrían en un brete.

Algo debemos estar haciendo mal en este país, seguro, o tal vez deberíamos decir que algo debemos de estar haciendo bien en este país cuando todavía existe, a pesar de todo.

1 COMENTARIO

  1. Quisiera escribir un cuento
    como jamás lo hizo nadie,
    que hable de las dos Españas
    de envidia, rencon, venganza …
    Y de cuentas por saldar
    que día a día renacen.

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