“…Es Madrid una ciudad mágica, llena de luces, de sombras, de ruidos, de esquinas que al doblarlas, te llevan a la muerte o a la más maravillosa de las vidas…
…Al caminar por sus calles, los ojos se abren pues, uno no sabe si son las grises baldosas del suelo las que se mueven a su antojo, llevándote, a lo mejor, a un cine de la Gran Vía, a dar un paseo por el parque o, lo mismo, a comer un bocadillo de calamares en los bares cercanos a la Plaza Mayor o, tal vez sean tus zapatos de 39,95 euros que compraste el otro día en esa tiendecita…¿Cómo se llamaba?…”La casa de..”…de…..ya no te acuerdas…sí hombre sí, estaba en una bocacalle que daba a la Avenida de….bueno, qué mas da…..
…El caso es que debieron ser tus zapatos, enamorados de aquellos botines de charol negro del escaparate los que, en vez de llevarte a la oficina en donde trabajas todos los días de lunes a viernes de nueve a cuatro, colocaron tu persona de nuevo delante de la puerta de cristal de la pequeña zapatería, con las manos en los bolsillos del pantalón y con unos enormes deseos de volar….
-Vaya!, los botines de charol ya no están en el escaparate……
…Tiras de la puerta hacia fuera y entras…
El dependiente, un hombre calvo, bajito, con unas gafas de pasta negra, y un traje de espiguilla gris bastante feo, ya no te recuerda, pero sí a tus zapatos –modelo Rover, marrón gacela, un….cuarenta y dos-.
-Hola buenos días, en qué puedo servirle –dice el hombre que siempre mira a los pies-.
…Y tú, que no tienes ni la más remota idea de lo que haces allí dentro le preguntas:
-Hola buenos días….compré estos zapatos que llevo, en su tienda el otro día…..pasaba por aquí y me he dicho si tendría los mismos zapatos pero un par de número más?, es que me han gustado tanto y son tan cómodos que se los voy a regalar a mi padre…..
-Si claro, como no!,-responde él orgulloso de que un cliente vuelva piropeando su genero-.
Espere un momento que voy dentro al almacén a ver si me quedan de esa talla, tardaré un minuto……
Y el hombre se mete en una habitación llena de cajas de zapatos y cuya entrada está cubierta por una cortinilla de terciopelo rojo……
…Y te quedas solo….hasta que, de repente, te das cuenta que detrás de la columna forrada de espejos, donde hay dos pequeños sillones. Sentada en uno de ellos, está la mujer más hermosa que has visto en tu vida, probándose aquellos botines negros del escaparate…..
Te acercas un poco más a ella y la miras, aún sin que ella se dé cuenta……
-Hola…. –la dices- te quedan muy bien esos botines, de verdad, pero que muy bien…..
Ella gira su cabeza y mueve toda su preciosa melena…..el aire se llena de perfume…..y tú de nubes….
-Hola, -responde ella- muchas gracias….-que guapa es!, piensas casi en voz alta ..La verdad, es que ya tengo unos exactamente unos iguales que estos, los vi el otro día en el escaparate y los compré sin pensar y hoy, no sé….he pasado por aquí y, sin saber porqué y he entrado de nuevo en esta zapatería…….
-A mí me ha pasado lo mismo –respondes mientras notas como tu corazón se abre como antes nunca lo había hecho-…..
…En ese momento, de los hermosos labios de aquella mujer, brotan, claveles… rosas, todas las margaritas de los jardines….
Os miráis y tus ojos son los suyos y los tuyos, el soleado cielo de la mañana. ….
-Bueno, pues aquí tengo sus zapatos del cuarenta y cuatro, me ha costado un poco encontrarlos pero aquí están!!!…..Oiga?…….
…Para cuando el hombrecillo gris salió del almacén tú ya no estabas ni tampoco ella…..os fuisteis juntos, llenos de música….Tal vez llevados por las baldosas del suelo a comer un bocadillo de calamares o tal vez, por dos pares de zapatos enamorados que convirtieron un escaparate, en el día en que dos corazones se encontraron, pintando cada farola de rojos besos…….”