Como saben nuestros lectores la implicación de este magazine con las necesidades de las personas mayores, de nuestros ancianos, a los que hemos dedicado varios artículos, así como a una de las enfermedades que afectan a sus condiciones cognitivas, como es el alzheimer, que ellos padecen en primer persona, pero también el entorno familiar más inmediato.
Es por ello que, en nuestra colaboración con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Salamanca (AFA Salamanca), iniciamos con este artículo una labor de divulgación que esperamos sirvan de ayuda al entorno familiar de quienes padecen esta enfermedad que, sin duda repercutirá en ellos, los enfermos.
Dicha asociación a la que este magazine se ha desplazado para conocer de primera mano la importante labor que están llevando a cabo, así como sus instalaciones, y a los profesionales vocacionales que en él trabajan, donde el enfermo es lo primero, pero sin olvidar a sus cuidadores dentro del entorno familiar; fue fundada en 1988 por un grupo de familias afectadas, como respuesta a una falta de información y de cobertura efectiva de los problemas que conlleva la enfermedad, convirtiéndose en pionera en España en cuanto a la oferta de servicios dedicados a la asistencia del enfermo.
En este primer artículo que compartimos de su web, se intenta dar respuesta con todo detalle a las siguientes preguntas:
¿Qué es el alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es una afectación degenerativa de las células cerebrales las neuronas de carácter progresivo, adquirido (no se nace con ella) y de origen todavía desconocido.
En las personas que padecen esta enfermedad se observan diversas alteraciones que afectan a funciones cognitivas como la memoria, el reconocimiento visual de objetos, la capacidad para realizar movimientos voluntarios y el razonamiento lógico. La enfermedad de Alzheimer provoca, al mismo tiempo, un deterioro de la calidad de vida del enfermo y de su entorno familiar, y conlleva graves dificultades de convivencia. Se trata de de la demencia más extendida y conocida.
En 1992, la Organización Mundial de la Salud definió la enfermedad de Alzheimer como una dolencia degenerativa cerebral primaria, de etiología desconocida, que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos.
El trastorno se inicia por lo general de manera insidiosa y lenta, y evoluciona progresivamente durante un período de años. El período evolutivo puede ser corto, de dos o tres años, pero en ocasiones es bastante más largo. Puede comenzar a la edad madura e incluso antes, pero la incidencia es mayor hacia el final de la vida. En casos con inicio antes de los 65 a 70 años es posible que se tengan antecedentes familiares de una demencia similar, el curso es más rápido y predominan síntomas de lesión en los lóbulos temporales o parietales, entre ellos afasias o apraxias. En casos con inicio más tardío, el curso tiende a ser más lento y a caracterizarse por un deterioro más global de las funciones corticales superiores.
¿Qué Síntomas Presenta el Enfermo de Alzheimer?
La enfermedad se manifiesta de forma lenta y progresiva. Los primeros síntomas van asociados a una disminución de la “memoria reciente” o inmediata, es decir, la que corresponde a hechos que se han producido en los últimos días o semanas.
Otra de las alteraciones que desarrolla la persona enferma de Alzheimer son los cambios en el comportamiento y en la personalidad. Se muestra irritable y con frecuentes cambios de humor, y puede llegar a aislarse de su entorno familiar y social.
Aunque la persona enferma continúe razonando y comunicándose bien con los demás, tiene, sin embargo, problemas para encontrar las palabras precisas. Sus frases son más cortas y mezcla ideas que no tienen relación directa entre sí.
Fases de la Enfermedad de Alzheimer
Años | PRIMER AÑO | SEGUNDO/TERCER AÑO |
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Enfermo |
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Familia |
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CONSEJOS
- Obtener el diagnostico preciso
- Requerir medicación conveniente Información.
- Planificación.
- Comprensión con el enfermo
- Solidaridad familiar
Años | CUARTO AÑO | QUINTO AÑO | SEXTO AÑO |
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Enfermo |
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Familia |
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CONSEJOS
- Movilizar al enfermo (taca taca)
- Gimnasia pasiva
- Alimentación hiperproteica
- Mantener rutinas
Años | SÈPTIMO AÑO | OCTAVO AÑO | NOVENO AÑO |
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Enfermo |
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Familia |
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CONSEJOS
- Colchón antiescaras.
- Protectores para la piel.
- Cama articulada, ropa 100% algodón
- Alimentación en purés, zumos, con suplementos hiperproteicos y vitamínicos
- Cambios posturales.
- Cuidadosa higiene del enfermo
- Masajes para activar la circulación sanguínea
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la clínica, es decir en los síntomas que presenta el enfermo tanto en su inicio como en su evolución. Pero es un diagnóstico de posible o probable.
Es muy importante hacer un diagnóstico temprano (cuando empiezan los síntomas) para iniciar ya las terapias tanto farmacológicas como no farmacológicas (si bien hay que saber que no son eficaces en todos los enfermos y que hay demencias en las que no están indicadas).
Pero también es importante diferenciarlas de lo que no es demencia (pérdidas por el envejecimiento, depresión, esquizofrenia, síndrome confusional agudo, problemas endocrinológicos, tumorales, etc…). Para este diagnóstico, hay que explorar físicamente y mentalmente (test neuropsicológicos) a los enfermos en la clínica, hay que solicitarles analíticas y pruebas de imagen radiológicas como el TAC, la Resonancia, el SPECTo el PET.
En muy pocos años estarán desarrollados sistemas de imagen que definirán las áreas de lesión cerebral a un precio moderado para estar accesibles a toda la población.
Tratamiento
Los últimos avances comienzan a abrir una ventana a la esperanza en esta enfermedad. Un acercamiento más etiopatogénico y multifactorial no va a curar la enfermedad, pero sí puede ralentizar su curso y, sobre todo, mejorar la calidad de vida del paciente y la de sus cuidadores.
Hay que hacer una correcta planificación y coordinación asistencial, que permita recomendar y asignar el recurso más idóneo para cada fase de la enfermedad y que integre desde una visión multidisciplinar tanto las necesidades sociosanitarias como las psicosociales. En esta tarea estamos implicados todos. Dos normas básicas:
- Ajustar los cambios en el hogar al proceso de deterioro de la enfermedad.
- Ser prácticos: si algo no funciona, dejamos de hacerlo y si lo hace, lo continuamos.
En la próxima publicación trataremos de dar respuesta a las preguntas mas frecuentes sobre esta enfermedad.