Me imagino que a muchos de los que nos dedicamos a escribir en estos medios digitales, les habrá pasado lo mismo que a mi, la imposibilidad de terminar el fin de semana, sin ni siquiera decirle un “hasta luego Paloma”, simplemente porque ella creía con firmeza en la vida eterna, en su encuentro con Dios, dentro de un gran respecto a quienes disintieron o disentimos de ella en cuanto a las creencias. En su gesto de paz y armonía con uno mismo y con quienes la rodeaban, ella rebatía posiciones contrarias, con gran inteligencia, pero a la vez con la satisfacción de transmitir: “esto es lo que tengo y no me va mal”.
Este fin de semana, han sido muchas las muestras de cariño, compañerismo y amor que ha recibido esta gran mujer y periodista, pero ha habido una que me ha llamado especialmente la atención, no recuerdo entre los que asistieron al sepelio, quien la dijo, ni siquiera sé si estaba mirando la TV o la escuchaba de fondo para no ver el duelo que transmitían la imágenes de quienes la tuvieron cerca y la habian perdido; era una la frase decía “si en el cielo hay ángeles, entonces, seguro, que Paloma esta con ellos”, “hoy hay un ángel más”. Que bien descrito.
Era muy joven cuando la vi colarse por primera vez en mi casa, bueno la de mis padres”, a través de aquellos televisores incrustados en un cubo de madera, que emitían en blanco y negro, como corresponsal de RTVE en el Vaticano, y me di cuenta, que esa mujer tenía algo especial. En su forma de hablar, en su forma de expresarse, en su forma de transmitir lo que estaba viendo en cada momento o comunicando una noticia.
Ha sido una mujer que ha demostrado que no estar de acuerdo en algo con alguien no es estar enfados, ni siquiera mosqueados, sino todo lo contrario, agradecidos de que otros compartan con nosotros sus sentimientos, pensamientos o formas de vida. Ese es lo que hacía ella, incluso cuando trabajaba.
No me han gustado nunca los “adiós”, porque me suena a despedida para siempre, por eso, permíteme Paloma que te diga: “hasta luego”.