LENNY KRAVITZ EN MADRID – WIZINK CENTER, 04/07/18

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Pese a las casi continuas venidas, con cada nueva gira, aún no había tenido la oportunidad de ver a LENNY KRAVITZen directo. Recuerdo que el americano captó mi atención principalmente con sus primeros tres discos y luego se fue diluyendo un poco entre mis gustos y en el tiempo, más allá de los singles televisivos/radiales. Eso sí, aún hoy, sigo sosteniendo que su disco debut con canciones como Let Love Ruleo Mr. Cab Driversiempre será mi preferido 😉 Las expectativas eran altas… Pero debo decir que no sólo las ha superado, sino que fue un show de esos que se te quedan en la memoria…

Unos pocos minutos después de las 21:30hs el nacido en Manhattan se adueñó del escenario y de las miradas de todos los presentes, bien arropado por su fiel compañero Craig Rossa las seis cuerdas. El arranque fue totalmente delirante con la rockera Fly Awayy en donde todos los presentes calentaron sus gargantas de manera casi inmediata e innata. Por los mismos derroteros roqueros, aunque con un más pegadizo estribillo, a posteriori interpretaron Dig In y ya brillaba Mr. Lenny Kravitzen la oscuridad de un Wizink Center con una gran convocatoria, de hecho, brilló durante cada uno de los ciento veinte minutos de su show.

Y el rock seguiría dando pinceladas en la noche madrileña y esta vez con la zeppeliana Bring It On donde mi primer headbanging no se hizo esperar J. Así llegó ese temazo llamado American Woman, original de los canadienses The Guess Who, donde el público respondió de manera innata y ensordecedora. Ésta poco a poco fue bajando revoluciones y reggaéndose hasta convertirse en esa maravilla llamada Get Up Stand Up del genio Bob Marley.

También habría tiempo para presentar las canciones de su último disco y sería de manera seguida. La primera de ellas fue It’s Enough con un sonido muy Soul y R&B y seguidamente sonaría Low en una sintonía similar a su predecesora.

Salto temporal en retrospectiva hasta su segundo disco con la sensual It Ain’t Over ‘Til It’s Overy seguidamente el Kravitz más sentimental y romántico se haría presente con Can’t Get You Off My Mind. Las revoluciones seguirían en descenso, pero la psicodelia llegaría de la mano de la magnífica Believeque fue otra de las más coreadas por todos los presentes.

En I Belong To You el maestro de ceremonias aprovechó para presentar a todo el personal que le acompañaba arriba del escenario, donde el ya mencionado Craig Rossy la bajista Gail Ann Dorseyfueron de los más ovacionados.

“Salto temporal en retrospectiva hasta su segundo disco con la sensual It Ain’t Over ‘Til It’s Overy seguidamente el Kravitz más sentimental y romántico se haría presente con Can’t Get You Off My Mind.”

Con Always On The Runel headbanging volvió a mí, como así también un viaje a mi adolescencia y a cuando la MTV se dedicaba a poner videos musicales y ROCK. Where Are We Runnin?también sonó muy rockera a la vez que pegadiza. The Chamber tuvo una buena recepción y Again fue realmente mágica y fantástica y sirvió para que la banda se retirara del escenario por unos minutos.

Lo que vino a continuación, sinceramente, no sé cómo definirlo… Ya he dicho más arriba que la beatlesca Let Love Rule era una de mis canciones favoritas del artista, pero si a esto le ponemos como ingrediente principal que su interpretación haya durado veinte minutos y con Lenny Kravitzcaminando entre el público por todo el recinto… Me quedé sencillamente extasiado, absorto y totalmente embelesado como el artista se iba abriendo paso para dar una vuelta completa al recinto cantando, animando al público, saludando a todo y a cada uno que se interponía en su camino… Lo dicho arriba… Cosas que se te quedan en la memoria y me temo que perdurará con el tiempo…

La despedida tenía que ser por lo alto y obviamente fue con la incendiaria Are You Gonna Go My Waydonde, una vez más, el headbanging se apoderó de mí y mi garganta ya en tiempo de descuento, dio sus últimos coletazos antes de la afonía…

Dos horas después, alucinados, fascinados y sonrientes cada uno marchó a su casa con la certeza de haber vivido un concierto de auténtico lujo y de haber visto a un artista enorme que lo dio todo en cada segundo de su presentación.

 

 

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