HACIA EL MUNICIPALISMO

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Cuando el ser humano decidió organizarse y formalizar un grupo en donde todos cuidaran de todos, sin saberlo, se estaban sentando las beses o el germen del municipalismo.

No es menos cierto que, a lo largo y ancho de la historia, sobre todo de la española, este concepto se ha utilizado para describir y usar determinadas realidades. Esta forma primera de organización territorial económica y social del estado constituye hoy en día la unidad básica del ordenación del Estado. La primera por así decirlo más claramente.

Como ya hemos apuntado, desde el municipalismo o las casas pueblas en las sucesivas repúblicas españolas, cuya base era anarquista y que, por tanto, pretendían una disolución del estado a la par que un autonomía total de los pueblos y municipios, hasta la concepción del régimen opresor que vino después, existe una amplia diferencia. Los primeros pretendían organizarse de forma diferente, los segundo buscaban la forma de controlar a la población de una manera más directa, rápida y por tanto eficaz. Se buscaba la opresión y la represión por medio de la organización local.

Actualmente ¿que es o como se debe entender el municipalismo?. Es una pregunta que incluye varias respuestas. La primera es delimitar lo que no es municipalismo. En este sentido municipalismo no es ciudadanismo. El primero concibe al vecino como algo activo en lo segundo  como un sujeto pasivo receptor de las prestaciones o servicios públicos municipales.

Una vez delimitado este concepto podemos definir al municipalismo moderno como la forma en que la organización consistorial hace no sólo receptor al vecino sino responsable de la dispensa y calidad de los servicios municipales del que es objeto. Esto conlleva que los vecinos objeto y responsables de la prestación de tales bienes han de contribuir a su mejora y control de una manera activa y en consonancia con el ecosistema social en donde cohabitan con otros vecinos.. Cada vecino pues, es responsable de su junta de distrito, de su barrio y de su pueblo tanto o más que el concejal que lo representa.

 “podemos definir al municipalismo moderno como la forma en que la organización consistorial hace no sólo receptor al vecino sino responsable de la dispensa y calidad de los servicios municipales del que es objeto”

De esta manera, los vecinos se convierten no solo en corresponsables a nivel municipal de esa gestión, sino en guardianes y protagonistas activos de la calidad del entorno en donde viven.  A menudo se confunden los medios con los fines. El municipalismo deja claro que el fin último es el vecino y los medios los servicios que un ayuntamiento puedo prestar siendo el vecino precisamente el actor principal garante de la calidad de ese entorno a donde se dirige el servicio público no prestado, sino dado.

Dicha eficacia viene dada inexorablemente en el asociacionismo vecinal y de otra naturaleza. Herramienta ésta denostada en unos tiempos y apoyada en otros. El asociacionismo se convierte así en el vehículo para llevar esta gestión municipal de forma que sea totalmente equitativa y representativa.

Pensamos que la implantación de ese municipalismo activo o corporativo si se quiere se tendría que dar por fases. Pero esa es otra historia que será contado en otro momento.

© Javier Arias y Javier Mauri (PDSA)

 
 

1 COMENTARIO

  1. Desde lo municipal hasta lo estatal, si no hay libertad política colectiva, donde con un sistema electoral representativo se designen portavoces diputados, sometidos al mandato imperativo y carácter revocatorio, no hay nada que hacer.
    Lo municipal se estimula desde la organización de un sistema en libertad hasta el ámbito estatal, tanto es así que hoy lo municipal y sus ordenanzas hacen de cada municipio un gobierno. Por lo tanto municipalismo sin libertad equivale a estalismo. Ya lo teniamos con Franco.

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