EVEREST. LOS ALPINISTA QUE NO VOLVIERON (1ª PARTE).

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La “zona de la muerte” del Everest. Un cementerio helado en el que descansan casi 200 personas.

En la mañana del 29 de mayo de 1953, el neozelandés Edmund Hillary, de 33 años, consiguió hacer realidad uno de los grandes sueños del hombre: coronar la cumbre más alta del planeta, el monte Everest, de 8848 metros. Lo acompañó en aquella gesta inolvidable el sherpa nepalés Tenzing Norgay, también convocado por la expedición británica que dirigió el coronel John Hunt.

Antes de esa fecha así como después han sido muchas las expediciones que han logrado esta hazaña, pero también han sido muchos los que han muerto en el intento.

zona de la muerte en el Everest
zona de la muerte

Para atacar su cima hay numerosas vías abiertas, y todas ellas tienen una cosa en común: a partir de los 8.000 metros hay que atravesar la llamada “zona de la muerte” o “zona muerta” En la cima se puede encontrar una temperatura media de -36ºC, aunque el mercurio puede llegar a caer repentinamente hasta los -60º. Las temperaturas más cálidas rondan los -19º en pleno mes de Julio.

La zona de la muerte zona abarca los  últimos 850 metros hasta la cima de este coloso, una región donde la aclimatación es sencillamente imposible. El oxigeno no se puede reemplazar tan rápido como se consume, ni siquiera en reposo, y si no se utiliza bombona de oxigeno el cuerpo se va degradando lentamente hasta un punto de no retorno. Ello supone que, al alcanzar este límite, el escalador sabe que está poniendo en serio peligro su vida, de manera que si se  derrumba (por el mal de altura, congelaciones, roturas ) y no puede moverse por si mismo, es casi imposible efectuar ningún rescate.

Si un individuo se va al suelo y no es capaz de volver a levantarse como para salir por su propio pie, es imposible que un grupo de escaladores lo arrastren hasta sacarlo fuera de la zona muerta. Hay que tener en cuenta que a esa altura, por cada paso que se da, un montañero experimentado puede necesitar realizar tres respiraciones. El corazón se acelera incluso en reposo para suministrar oxigeno con más frecuencia debido a su escasez.

Además, el tiempo que se puede permanecer en la zona muerta es limitado por la falta de oxígeno así que si el afectado no logra levantarse, hay un momento en el que sus compañeros o rescatadores se verán obligados a abandonarlo allí a su suerte porque tienen que descender.

Tampoco hay helicópteros de rescate porque los helicópteros comunes no pueden ascender a tanta altitud. La densidad del aire es tan baja a partir de 4.500-5.000 m, que las hélices de los helicópteros no pueden generar suficiente sustentación para mantener el aparato en vuelo

El 26 de mayo de 2010 se encontraron cinco cadáveres momificados en la vía normal del Everest todos por encima de los 7000 metros de altitud, en una operación nepalí de limpieza de esta montaña formada por veinte sherpas, ya que aparte de servir de sepultura de los cuerpos humanos que allí fallecieron alberga toneladas de residuos que las expediciones van dejando tras sus escaldas.

Sólo desde 1953, año de la primera ascensión por parte de sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay, se calcula que más de trescientas personas han perdido la vida en el monte Everest (8.848 metros). La mayoría de los cadáveres han sido recuperados, pero aquellos que se encuentran por encima de 8.000 metros son generalmente dejados en la montaña y preservados por el frío.

“Los escaladores que suben van sorteando cuerpos que han empezado a bautizar con nombres, porque los usan como puntos de referencia en su ascensión”

 

cadaver ascensión everest
cadáver encontrado en la ascensión en la zona muerta

 

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