El estado policial del ministro del Interior en funciones.

0
43

 

La policía entra en el Diario Público para confiscar las grabaciones sin ningún tipo de autorización judicial.

Increíble, pero cierto… Hay momentos en que la realidad supera la ficción, y uno de esos momento ha sido el de esta tarde, cuando la policía ha irrumpido en la sede del Diario Público para confiscar las cintas de las grabaciones en las que el ministro del interior en funciones conspira contra los partidos nacionalistas y otros de corte radical, según él, sin ningún orden judicial que permita tal actuación.

Si el descrédito del Partido Popular es evidente, aún a pesar de que se contemple en intención del voto como el ganador de las elecciones de pasado mañana, 26 de junio, sin embargo, todavía lo es aún más si tenemos en cuenta esta última actuación, que constituye por parte del citado ministro en funciones el más fuerte ataque a la libertad de prensa y por ende, de expresión; al haber sido él quien ha ordenado  al comisario general de la Policía Judicial para averiguar las “circunstancias concurrentes” en la apertura de una investigación.

“constituye por parte del citado ministro en funciones, el más fuerte ataque a la libertad de prensa y por ende, de expresión; al haber sido él quien ha ordenado  al comisario general de la Policía Judicial para averiguar las “circunstancias concurrentes” en la apertura de una investigación.”   

Solo en un estado dictatorial puede llevarse a cabo tal afrenta a un derecho tan sagrado, por fundamental, por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado bajo las órdenes del Sr. Fernández Díaz.  Solo un estado policial como el que se ha instaurado por el Partido Popular puede llevar a cabo tan grabe atropello. ¿Qué va a ser lo siguiente si este partido vuelve a ganar las elecciones?, ¿nos pondrán un chip a los ciudadanos para controlar todos nuestros movimientos?.

Nos quitaron o pretendieron quitarnos la voz en la calle con la ignominiosa y a la vez eufemística Ley, por su denominación, de Seguridad Ciudadana, pero no nos la quitarán a quienes nos hemos comprometido a informar con libertad y transparencia; a quienes utilizamos las redes sociales y los medios digitales para transmitir la verdad y denunciar los abusos políticos y de poder. Con Corcuera se permitió la patada en la puerta y con Fernández Díaz la patada en la boca.

Esta gran farsa del Partido Popular tiene que acabar, y en nuestras manos está conseguirlo. No podemos permitir que sigan gobernando quienes más han robado, quienes más corruptos tienen entres sus filas,  quienes carecen del humanismo suficiente ante los desahuciados y menos favorecidos por su política neoliberal. No podemos permitir que quienes han  consentido actuaciones mafiosas en su seno vuelvan a tener el poder en sus manos.

Señor Fernández Díaz, usted no es víctima de ningún atropello, tal vez sí el de su inutilidad por no evitar que se hagan grabaciones en su despacho… ¿Qué seguridad nos puede ofrecer quién no es capaz de tenerla en su propia mesa de trabajo? Las víctimas somos los ciudadanos y ciudadanos de este país que tenemos que aguantar no sólo su torpeza, sino sus formas y actuaciones poco democráticas, justificadas y permitidas por alguien que, todavía, es peor: Rajoy.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí