CUBADO LOS PSICÓPATAS ESTÁN ENTRE NOSOTROS

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psicópata
En nuestro estudio sobre el estado mental de algunas personas y su influencia en el entorno en que viven, nos obliga hacer mención a los psicópatas que, salvo algunos casos extremos, donde se nos suele mostrar como asesinos sedientos de sangre, suelen ser personas que hacen una vida normal en la sociedad pero con un grave peligro potencial.

Se suele definir la psicopatía como una enfermedad o trastorno mental, en especial el que se caracteriza por una alteración del carácter o de la conducta social y no comporta ninguna anormalidad intelectual.

Se ha estudiado esta figura en el mundo empresarial, en casos de violencia de género, y a grandes hombres de Estado (Stalin, Milosevic, Mugabe, Husein, etc.), pero no todos los psicópatas son delincuentes.

Recientemente, por desgracia, tenemos el caso del pequeño Gabriel, en el que su presunta asesina se nos está presentando por los medios como una psicópata recalcitrante, habida cuenta de los antecedentes que se le atribuyen o mejor dicho, relacionan, entre los que puede estar la muerte de su propia hija, aún sin demostrar, pero, sobre todo, por su personalidad, donde claramente nos deja entrever las características propias de este tipo de personas.

Los psicópatas son personas que se comportan de manera dura, agresiva, incluso hiriente. Actúan de forma impulsiva y con irresponsabilidad, nunca admitirán sus errores, mostrando su ira con cualquiera que les acuse de algo; siendo el objetivo de este comportamiento conseguir que quien la acusa acabe sintiéndose mal.

Manipulan a las personas de su entorno, ya sea de forma directa o indirectamente utilizando a terceras personas que, conmovidas por su conducta le prestan su ayuda o que han aparecido en su vida de forma casual.

Los psicópatas, también pueden tratar a las personas de manera muy distintas en diferentes momentos del día o en diferentes días, sin razón aparente.

Se recrean en detalles que no olvidan nunca, de la misma forma que nunca se arrepienten de sus actos, careciendo, por lo tanto, de remordimientos. Es decir, no toman la propiedad o la culpa de sus errores o faltas, convencidos que no van con ellos.

 

“Manipulan a las personas de su entorno, ya sea de forma directa o indirectamente utilizando a terceras personas que, conmovidas por su conducta le prestan su ayuda o que han aparecido en su vida de forma casual.”

Otro de sus rasgos es que mienten fácilmente cuando les interesa, haciéndolo de manera que nunca creeremos que estan mintiendo, ante su falta de reacciones.

Es por ello que, si alguien creemos que encaja en este perfil que hemos delimitado, debemos adoptar la medidas oportunas para cuidar de nosotros mismos, ante el peligro que corremos. Siendo la primera de ellas estar en guardia en todo momento, de manera que, conocida una persona que encaje en las conductas que hemos señalado debemos apartarla de nuevas vidas lo antes posible, construyendo un muro que establezca un límite entre nosotros y ellos, evitando acudir a ellas  o ellos pidiendo apoyo emocional o pedirle consejo, ya que si nos ven vulnerables sabrán donde atacarnos y hacernos daño, no dudando utilizar  la información que les hayamos dado sobre nuestras personas y nuestras vidas en nuestra contra.

Finalmente, debemos ser firmes en nuestra decisión de apartarlos, puesto que en caso de defenderlos o apoyarlos, no van a dudar a utilizarnos cuando le venga bien, aprovechándose de nosotros y de nuestras debilidades.

En caso de delinquier, la prisión no los rehabilita. Al tercer año de libertad, entre el 70-80 por ciento de ellos ha reincidido. A los cinco años, el 90 por ciento. Hay incluso estudios que aseguran que los psicópatas primarios que son tratados psicológicamente reinciden más que los que no.
 

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