BUS, PATRIA Y JUSTICIA

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©plazabierta,com

Parece ser que los autobuses se han puesto de moda para transmitir mensajes que a no todo el mundo gusta oír, el primero porque era una ofensa innecesaria y el segundo porque ofende a quienes se les ha visto el plumero y se les sigue viendo.

No es que me guste este tipo de campañas en uno o en el otro sentido, sólo por dos razones, la primera porque supone un peligro para la seguridad vial ante la curiosidad de conductores que en vez de prestar atención al tráfico giran la cabeza o fijan su mirada en los mensajes que se transmiten, no sólo con imágenes sino también con textos que distraen aún más. Y la segunda razón, por el carácter circense en que al final se convierte este tipo de actos.

Pero, como del primero ya hemos tenido ocasión de hablar largo y tendido por el agravio que supuso contra la libertad sexual, permítanme que centre mi juicio  en el segundo, no con la intención de criminalizar a sus autores, porque para eso están los tribunales de justicia, aunque no veo razón para ello, siendo estos mismos tribunales los que convierten en legítimo algunos de los mensajes del bus en cuestión puesto que lo que allí se transmite está sustentado en propias declaraciones de los protagonistas que en ellos aparecen y en actuaciones judiciales de imputación y condena que todos conocemos, pero que algunos justifican en base a un patriotismo sórdido y agonizante de una derecha rancia que en vez de ver peligrar sus puestos de trabajos, es decir los sillones en los que arrugan sus caros trajes y vestidos, según el sexo de sus señorías, plantan cara para justificar lo injustificable; como siempre, utilizando la misma técnica, la del ventilador, con el ese “tú más” al que nos tienen acostumbrados, o saliendo por los Cerros de Úbeda, o por los Pirineos, quizá porque conocen mejor este último camino de sus idas y venidas a Suiza en vuelo regular, categoría superior y noche en un hotel de Top lujo, seguro que pagado por los pringados de siempre…., los ciudadanos.

Pero, para no perdernos en ninguno de las zonas geográficas  mencionadas,   volviendo al tema central del autobús azul bautizado con el nombre de “La Trama” o el “tramabus” fletado por Podemos, cuyas viñetas están protagonizadas por políticos, periodistas y empresarios que han convertido la sede del PP y algunos despachos ministeriales en cuevas de ladrones, como en su momento también hicieron los socialistas que les siguen en el ranquin de la corrupción; ha sido  calificado por la vicepresidenta del gobierno como una actuación pueril, y quizá no le falte razón, porque de niños es jugar con autobuses, pretendiendo de esta manera salir airosa de tanta ponzoña que salpica a su partido, cuando realmente se trata de una denuncia en toda regla, por lo que deberían haber pedido perdón y nunca lo han hecho, y por lo que se ve, tampoco lo harán en un futuro.

Quizá, también, los ciudadanos necesitan mensajes de este tipo, pueriles pero cargados de verdad, para de esta manera refrescar sus memorias históricas y no arrinconar en su disco duro actuaciones totalmente ignominiosas que reflejan la indecencia de un partido político que ampara y cobija el mayor número de casos de corrupción en su seno, seguido por otro que presume de decencia cuando también ha faltado al decoro político y a la ley en actuaciones precedentes y actuales.

“Quizá, también, los ciudadanos necesitan mensajes de este tipo, pueriles pero cargados de verdad, para de esta manera refrescar sus memorias históricas y no arrinconar en su disco duro actuaciones totalmente ignominiosas “

En cualquier caso, aunque tal vez el medio no sea el adecuado, porque algunos prefiramos otros canales o foros de comunicación, expresión, debate y/o denuncia; pero, como lo que importa es el mensaje, con eso me quedo como defensor de la libertad de expresión, siempre sin faltar al respeto y con pruebas de que lo que se afirma es verdad; más en estos tiempos en que las libertades públicas han sido reducidas al mínimo por ese mismo gobierno que ampara a los delincuentes o les ofrece cobijo.

Ahora bien, el que este libre de pecado que tire la primera piedra… porque sino estas actuaciones además de caer en saco vacío podrían convertir en buenos a los que no lo son, ya que cuando los rojos son los que pecan, según ellos no lo hacen sólo contra Dios sino también contra la patria, porque, al parecer, ellos son los únicos patriotas, tal vez porque aman tanto a España que se han olvidado de que somos más algo que una bandera y un territorio, somos ciudadanos cada día más vejados por sus conductas.

 

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