HIPOCRESÍA SOCIAL

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El pasado martes día 15, Reus (Tarragona) se despertó con la trágica noticia de la muerte de Rosa PV de 81 años en su piso de alquiler situado en la C/ Santa Anna, Nº18 de la mencionada población.

Rosa falleció entre fuego y humo, tras dos meses sin suministro eléctrico por impago, en silencio, en una vivienda de alquiler que alumbraba con las llamas de las mismas velas que podrían haber incendiado su colchón y causado su muerte, de acuerdo a las primeras hipótesis policiales.

Pronto la noticia cruzo el ámbito local y trascendió a la mayoría de medios informativos, que se hicieron eco de la misma, paralelamente una guerra de acusaciones e inculpaciones entre las administraciones (Ayuntamiento y Generalitat) y la compañía Gas Natural, ponían de manifiesto la  precariedad de los instrumentos legales en la protección de los ciudadanos que se encuentran en riesgo de vulnerabilidad y pobreza, es en ese punto donde unos y otros encuentran la manera de “escurrir el bulto” dado que por una parte la administración se escuda en la ley de pobreza energética 24/2015 del 29 de julio y la compañía ha admitido que la ley ordena que hay que comunicar todos los cortes, pero también señala que por un principio de precaución el Gobierno de la Generalitat tendría que desarrollar el reglamento de aplicación, que contemple el protocolo de comunicación con los servicios sociales municipales.

Al parecer, un vacío legal que no debe ser admitido como excusa. ¿Acaso una mera comunicación necesita un protocolo?, ¿no hubiera sido suficiente con mandar una carta, un telegrama o hacer una simple llamada de teléfono a los servicios sociales del ayuntamiento?. Excusas jurídicas ante una ley que obliga a algo tan sencillo como hacer una mera comunicación, y con ello se hubiese evitado una muerte. ¿Qué desarrollo legislativo necesita el acto de comunicar?

Desde el Ayuntamiento aseguran que desconocían su situación de extrema vulnerabilidad, pero sí confirman que era usuaria de Servicios Sociales desde 2013. No precisan de qué servicios, únicamente que le pagaban el agua desde hace un año. Del corte de luz no tenían conocimiento y culpan a Gas Natural por dejarle sin suministro y por no haber dado aviso de su “pobreza energética, “como manda la ley”. El asunto lo ha puesto el consistorio catalán en manos de la Fiscalía.

“nadie supo ver en todo este tiempo el grave  problema que para una persona de 81 años supone el tener que estar viviendo en esas condiciones, ahora lo vemos todos y buscamos culpables”

¿Y los demás?,  la familia, los vecinos, los amigos o conocidos, la sociedad de la que formamos parte y que hasta la madrugada del pasado martes Rosa era una persona más, nadie supo ver en todo este tiempo el grave  problema que para una persona de 81 años supone el tener que estar viviendo en esas condiciones, ahora lo vemos todos y buscamos culpables, ahora algunos harán autocritica de los fallos de este sistema, otros intentaran sacar provecho propagandístico y la verdad será que en esta sociedad deshumanizada, vacía y cruel solo se nos ve,  cuando se nos quiere ver por algún motivo o interés, el resto del tiempo la mayoría de personas no formamos parte de ella, somos números que por culpa nuestra hemos perdido parte de la dignidad humana y por eso mismo nadie vio que Rosa no tenia luz, sencillamente nadie pensó que Rosa existía.

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