PASAR LOS PENSAMIENTOS AL SEGUNDO PLANO

0
167

 

¿Cuántas veces os ha pasado que no recordabais el nombre de un actor, habéis dejado de pensar en ello, y un rato después, sin venir a cuento os ha surgido a la mente consciente?

 

Pues es un algo curioso al que no sacamos partido. Y es una poderosa herramienta que, como todas, su beneficio o maleficio depende del uso que le demos.

La Mente trabaja en segundo plano con una eficiencia y velocidad asombrosas. Es tremendamente resolutiva y tiene el poder de generar en nosotros la actitud que tenemos frente a los asuntos del día a día.

Y hay que tener un cuidado tremendo, dado que cada palabra que decimos, cada acto que realizamos manda un discurso al Segundo Plano, que a su vez genera toda una cadena de acciones en nosotros. De hecho, en eso está basada la publicidad subliminal.

¿Qué tal si comenzamos a usar esto en nuestro favor?

Cuando estamos pensando en un problema, y acabamos el pensamiento en negativo, ese es el discurso que mandamos al Segundo Plano. Y eso provoca una actitud en nosotros que acaba haciendo que eso que temíamos suceda. En cambio, si hacemos el, a veces tremendo esfuerzo de concluir ese pensamiento en positivo, resulta que lo que enviamos al Segundo Plano es lo que provocará la actitud en nosotros de conseguirlo.

¿Qué mandamos habitualmente? No puedo, no merezco, no consigo.

¿Qué tenemos que mandar? Puedo, merezco, consigo… 

Y aquí hay otra trampa.

Mandar al Segundo Plano un “yo lo merezco” pelao y mondao, sin una acción que lo respalde, es absolutamente infructuoso. 

Sobre estas afirmaciones hablaremos en posteriores artículos.

No señores, no basta con eso. Para poder mandar un pensamiento al Segundo Plano estilo “lo merezco”, hay que merecerlo, porque si no se cae, y lo que mandamos al Segundo Plano es lo contrario. 

Para llenarse de la sensación de merecer, hay que trabajar por uno, de forma que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos, y de esa forma la afirmación se sostenga. 

La técnica es la siguiente: Haces la afirmación, e inmediatamente después dejas el pensamiento y te pones a trabajar.

De esta manera el pensamiento se refuerza con el hecho de estar trabajando por ti, y nada hay que te pueda hacer sentir mas orgulloso de ti mismo.

De hecho, yo acabo de emplear esta misma técnica al escribir este artículo.

¡Que te aproveche!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí