¿PARA QUÉ SIRVE EL ARTE?

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 ¿Está el Arte entre Pinto (el arte cura) y Valdemoro (el arte salva)? Dicen que hay un arroyo entre ambos puntos (el arte bienestar). Pero entre Pinto y Valdemoro hay asfalto y poco más. Lo descubrí gracias a una carrera pedestre en la que participé hace unos años, donde me invitaron a retozar por un caminejo serpenteante entre trigales secos, un polígono industrial, la entrada a una cárcel y ni una triste sombra. Del arroyo ni hablar, no existió jamás. En meta, nos premiaron con cerveza y algo de barbacoa (chorizo y panceta). No es extraño que en Pinto y en Valdemoro sigan sosteniendo la leyenda del “alumbrado”; y no es extraño que el llamado sistema del arte sea un contubernio instituido en los albores del mundo moderno.

 

El arte cura, salva y procura bienestar

Esta leyenda es demasiado aguda para eclipsarla con argumentos y difumina el significado real o el propósito auténtico del arte. ¿Curará lo que nos aflige pintar? ¿Cantar esa canción feliz nos salvará de una depresión? No es probable y al parecer, el arte tiene un empeño más amplio.

Confieso que me complacería codearme con “no artistas” que hayan descubierto su poder para reparar y restaurar cuerpo y mente. Pero sobre todo, me gustaría se reconociera a nivel pedagógico como un “comportamiento normal y necesario” de los seres humanos, y al igual que otras ocupaciones comunes y universales como: hablar – trabajar – hacer deporte – jugar – socializar – aprender – amar y cuidarse, se alentase y estimulara desde niños.

 

Deslinde de las tierras de Pinto y Valdemoro firmado por Fernando III, “El Santo”

Fábulas sobre el origen y una canción de AGUAVIVA:
http://lacasadesanjamas.blogspot.com/2010/03/entre-pinto-y-valdemoro.html

Según el refranero popular, la expresión “estar entre Pinto y Valdemoro” proviene de leyendas de orígenes dudosos y múltiples, como la del borracho del arroyo o la del rey en un burdel. Pero existen otras elucidaciones más académicas, como la de Correas en su “Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana”: http://www.cervantesvirtual.com/obra/vocabulario-de-refranes-y-frases-proverbiales-y-otras-formulas-comunes-de-la-lengua-castellana—van-anedidas-las-declaraciones-y-aplicacion-adonde-parecio-ser-necesaria-al-cabo-se-ponen-las-frases-mas-llenas-y-copiosas/ . Apunta este autor a la paranomasia —que da salero o doble sentido a lo que decimos o sirve para decir veladamente algo de alguien.

Rodríguez Marín, en su “Diccionario de Refranes”, de 1926, alude a los vinos de la zona, que causaba estragos entre los chamarileros, traperos y carreteros del Rastro que postergaban las jornadas entre Pinto y Valdemoro, en alusión disimulada a su afición por el vino.

El dicho se alejó de significar “estar a punto de caer en una curda”, y comenzó a aplicarse a situaciones volubles o de indecisión.

El historiador Gonzalo Arteaga sostiene en “Pinto, este es mi pueblo”, que el origen se remonta al siglo XIII, cuando el rey Fernando III puso fin a un enfrentamiento por las tierras asignando Pinto a Madrid y Valdemoro a Segovia. Esta separación se llevó a cabo mediante la colocación de 42 mojones en los lindes de ambas circunscripciones, siendo “el Santo” testigo de su colocación, por lo que cuando alguien preguntaba dónde se encontraba, los cortesanos respondían: “está entre Pinto y Valdemoro”.

Ya sea estar entre un sitio u otro, piripi, tener dudas o determinar espacios, teorizar sobre qué es el arte o para qué sirve el Arte es realmente como estar “entre Pinto y Valdemoro”.

 

Aquí podemos observar aéreamente el Arte entre Pinto y Valdemoro

No existe consenso respecto al origen de la expresión. Tampoco la hay sobre para qué sirve el arte.

La etóloga evolutiva Ellen Dissanayake ha estudiado el valor de la existencia del arte como fenómeno centrado en nuestra especie y su impacto en la supervivencia humana: https://ellendissanayake.com/

Pero sería prudente concretar qué es el arte antes de dilucidar para qué sirve.

El Arte es, ante todo, una parcela concreta de las representaciones simbólicas socialmente delimitadas como tales, cuyos orígenes históricos se remontan a los albores del mundo moderno (s. XIV), en Italia, cuando señalados pintores y escultores, gracias a las relaciones que les vinculaban a mecenas y literatos, pasaron a disfrutar de posición social, diferenciándoles de los simples artesanos (a quienes controlaban los gremios). En épocas anteriores no existía esta segmentación; pintores, escultores y todo tipo de artesanos no poseían ninguna potestad de autoría sobre sus obras, siendo justipreciadas de manera semejante a todas las demás tareas manuales.

El imaginario del Arte lo conforma el conglomerado de actos materiales y mentales que constituyen el espacio psicocultural, reconocido como tal por la cultura occidental. Este imaginario produjo un paralelo completo entre su funcionamiento y la manera de ver y sentir la religión, certificando la separación entre lo sagrado y lo profano, derivando en una función espiritual y en otra psicológica para el ser humano.

 

http://cuatro.visual404.com/extasis-sagrado-extasis-profano/

El Arte no puede evaporar su sentido ni eliminar la reflexión. A través de él, los individuos intentan construir socialmente, en su imaginación, formas de ocupación del vacío primordial, trabajando en un espacio dinámico de cierre y apertura. Forma parte del proceso en que el hombre elabora su relación con la pérdida de lo divino. En un mundo laico, donde se desea la negación de la muerte, realiza el gesto simbólico de hacer presente lo invisible, a través de la imaginación.

Su función es, ante todo, una función de eufemización, y de sublevación contra la podredumbre de la muerte.

La imaginación simbólica es dinámicamente la negación vital, la negación de la nada de la muerte y del tiempo (Durand, 1988).

La posibilidad de compartir socialmente los deseos de superación del vacío y de la muerte es lo que permite a los artistas y espectadores construir la magia del arte y reconocerla socialmente.

El arte hace la vida especial, atrae los sentidos y es un ritual que mejora el sentido de comunidad.

Aunque esté sostenido por una sociedad comercial, ha estado presente antes de que se le diera un valor monetario. La relacion entre la supervivencia humana y las artes se produjo a través de interacciones y ceremonias unificadoras. Existieron comunidades que sobrevivieron solo por interactuar de esta manera.

Es probable que las artes surgieran como un comportamiento de salud. En otras palabras, permitió a los humanos sentirse bien: disfutar de la satisfacción del ritmo, la novedad, el orden, el patrón, el color, el juego y el movimiento corporal. Involucrar los sentidos tiene un poderoso efecto en el cuerpo y la mente. Las percepciones físicas y la cognición permiten a través de musicoterapia y terapia de baile / movimiento, mejorar y calmar.
Adorna, decora y personaliza. Nos saca de la rutina. Pintar mejora aptitudes.

Como ritual ha sido parte de la historia de la humanidad desde sus inicios, ya de manera sacra (pinturas de arena tibetanas, tótems de nativos americanos, etc.) o como pensamiento irreligioso de lo sagrado o idioma del inconsciente (arte no sagrado). A través de este ritual podemos reprogramar creencias. Los rituales también permiten la fantasía y son una forma de trascender circunstancias difíciles y tragedias como el desastre, la enfermedad y la muerte.

Es experimentado por los otros incluso cuando nuestras reacciones son profundamente personalizadas. Este compromiso comunitario se remite a la “seguridad en los números” y al concepto psicológico moderno de apoyo social, factor clave para la resiliencia. Compartimos experiencias culturales, nos reunimos para celebrar o conmemorar los asuntos importantes de la vida. Hacer arte juntos (como participar en grupos de danza o de música) es un factor importante en la recuperación psicológica y física, y mejora el sentido de comunidad.

Sirve para el desarrollo y  la sensibilización del alma humana.

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