PODER, SABER, AMAR – COMO ES ARRIBA ES ABAJO, COMO ES ADENTRO ES AFUERA…

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Somos depredadores perversamente eficientes. La competitividad y los modelos de éxito están sobre estimados, desvirtuados y  asentados sobre beneficios económicos fundamentados en viejos paradigmas proyectados desde la yolatría.

 

Tobias Schutz “Harmonia macrocosmi cum microcosmi”, (1654)

De ahí que las competencias más demandadas en el mercado laboral actual sean: poseer conocimientos, querer triunfar y detentar la capacidad de llevarlo a buen término.

El poder lo da el dinero, la posición administrativa, o incluso el conocimiento (cuando se asocia al poder que da el saber). El mundo se ha ido haciendo cada vez más rígido: estamos enjaulados en las dinámicas del poder, de la acumulación y del protagonismo.

La caja de herramientas que tenemos para aprehender parece no tener aperos suficientes y el homo sapiens sapiens, que se creía hasta ahora inmortal de manera colectiva (mediante el paso de una generación a otra generación), soslaya que el enemigo está dentro y nos fagocita.

Tres fascinantes pilares se erigen para construir otra pirámide mágica, distinta a la anterior, en otro plano. Pero: ¿puede levantarse más allá de la forma, más allá del ego, incluso más allá de la eficacia? ¿Cuál es el significado profundo de estas tres columnas?

Las tres caras de lo divino, de lo que “está arriba”, inevitablemente se encuentran “abajo”, pero también en nosotros mismos, y si se encuentran “dentro” de la misma manera y por ley universal, deben proyectarse fuera.

El efecto mariposa, a nivel vital, se origina cuando se armonizan el plano físico, el plano mental y el plano espiritual.

A la mente le cuesta distinguir entre ilusión, fe y sustancia real. La noción de que nuestra vida se desarrolla en un cierto orden es ilusoria.

¿Podemos rastrear pistas que nos guien – orienten para ordenar nuestra vida dentro del caos?

La “interioridad” no es un lugar vacío, sino muy elaborado. Incorporamos lo que vivimos a nuestra conciencia con una visión muy parcial de lo que somos en realidad, porque lo hacemos desde lo disponible, desde lo que está en nuestra mano, tanteando dinámicas vitales para ordenar el caos.

Pero: ¿cuál era la pregunta? La incógnita está en el centro de la misma cuestión, en el abismo de lo que ignoramos, en la paradoja: para aprehender la armonía olvidada, ¿qué pregunta nos debemos hacer?

La metáfora del caos nos hace caer en la cuenta de que estamos hechos de la misma materia que las estrellas.

El entorno adverso que el ser humano encontró cuando comenzó a diferenciarse del resto de los animales nunca ha estado en calma.

Decía Plauto (254-184 a. C.) en su obra Asinaria: “upus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit”, frase acortada y popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, quién la adaptó para su obra “De Cive”: el hombre es un lobo para el hombre…

Aparte de los sentidos, de los pensamientos y de la razón, la mente no tiene más movimiento. Thomas Hobbes

En la introducción al Leviatán, usando como punto de partida el mandato délfico “¡Conócete a ti mismo!”, afirma que puede conocerse la mente humana por métodos sintéticos y el comportamiento del ser humano mediante la introspección.

Lavinia Fontana – “Retrato de Antonietta González”, 1595

He aquí un caso de lobos, de hombres opuestos a los salvajes homo sapiens sapiens: los González que, aunque vivieron bien,  nunca fueron considerados verdaderos seres humanos. 

Texto del documento que pende de las manos de Antonietta González: “De las islas Canarias fue llevado / al señor Enrique II de Francia / don Pietro el hombre salvaje / de allí, se instala en la corte / del duque de Parma, junto conmigo / Antonietta, y ahora yo estoy / en la casa de la señora doña / Isabella Pallavicina, marquesa de Soragna”.

Según parece, el matrimonio González fue el que inspiró el famoso cuento de La Bella y la Bestia, y también la caracterización de la Bestia en la maravillosa adaptación cinematográfica de Jean Cocteau de esta historia en 1946,  nada que ver con la de Disney.

PODER, SABER, AMAR – COMO ES ARRIBA ES ABAJO, COMO ES ADENTRO ES AFUERA… ¡SOMOS PERVERSAMENTE EFICIENTES!

 No quiero vivir en este sistema alejado del equilibrio, en la matrix o cárcel del alma del paradigma materialista-mecanicista que nos controla, sino en el estado de conectividad interna y externa llamado coherencia.

Pero: ¿Cómo salimos de este lío? ¿Era ésta la pregunta?

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