UN ÁNGEL EN MARSELLA-1.940-EL DESENLACE

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Habían transcurrido cuatro agobiantes días desde que fueron detenidos y encerrados en el buque. Durante ese tiempo el bullicio de la turba deambuló de un sitio a otro siguiendo la estela de Petain, jaleando sus arengas. Hasta que éste no abandonó la ciudad no les liberaron. Al fin pudieron regresar a la villa. Varian Fry reaccionó de inmediato, comunicó lo sucedido a la asociación de la prensa norteamericana en Francia, la cual, a su vez, trasladó la información a la sede central en Estados Unidos para ser publicada. La noticia advertía a la sociedad del trato que dispensaba el régimen de Vichy a los súbditos norteamericanos.

 

La expansión de las tropas alemanas por la “zona libre” era imparable. Los meses pasaban y el periodista continuaba aferrándose a su objetivo, luchaba con denuedo contra corriente en medio de tanta adversidad. A pesar de que la Prefectura no le había renovado el visado y su pasaporte seguía confiscado en el Consulado, podía desplazarse por el interior del territorio. Viajó a Niza para ver a Henri Mattisse, pionero del Fauvismo, pretendía vencer su resistencia a emigrar. Le acompañaba su secretario e inseparable amigo Daniel Beneditte. También visitaron a Andrè Magot, había logrado evadirse de un campo de prisioneros, y a Marc Chagall, nacionalizado francés desde 1.937. Se negaron rotundamente a exiliarse. 

A Chagall terminó por convencerle el argumento de las nuevas leyes antisemitas, finalmente se marchó a Marsella acompañado de su esposa. Habían transcurrido solo unos pocos días de su llegada cuando la policía, buscando judíos ocultos en los hoteles de la ciudad, le detuvo. Fry actuó con arrojo, les hizo saber: “Si esto llegara a saberse el mundo entero se escandalizaría, y se lo reprocharían a ustedes. Si no sale en media hora llamaré al New York Times y les daré la información”. Chagall fue liberado a los diez minutos.

Los residentes de la villa Air Bel soportaban las privaciones y la escasez de alimentos con entereza. El intenso frío de aquel invierno incrementó sus deterioradas condiciones de vida. Varian había perdido bastante peso, comenzaba a presentar algún signo de desnutrición. A pesar de las dramáticas circunstancias que vivían los artistas del surrealismo se protegían y cuidaban unos a otros, intentaban distraerse recurriendo a la fantasía, organizaban exposiciones y subastas ficticias de sus cuadros en el jardín. Max Ernts se incorporó al grupo, aunque no era judío se encontraba en la nefasta lista de Hitler como pintor “degenerado”. Se trataba de un artista increíblemente creativo.

Un atisbo de luz alentó las esperanzas del grupo cuando Vichy comenzó a expedir algunas autorizaciones para salir del país. Por fin los barcos con refugiados empezaban a zarpar del puerto de Marsella, lo hacían vigilados de cerca por los alemanes que sabían a quien permitirían pasar la criba. El navío “Capitán Paul Lemerle” levó anclas el 25 de marzo de 1.941, llevando a bordo a Andrè Breton, Victor Sach y Wilfredo Lam junto a trescientas personas más. Emigraban ante la expectante mirada de la gente rumbo a Martinica. Chagall y Ernts, en el punto de mira nazi, buscaron un camino alternativo viajando en un tren con destino a Lisboa. Desde allí volaron en un hidroavión hacia Nueva York. Ernts cargaba con su pesada maleta, en la que llevaba enrollados todos sus cuadros. Después de padecer tantas penurias, al fin, lograron alcanzar con éxito su meta, la ansiada libertad.

 

Sin embargo, el final de la primavera desembocó en una serie de desgraciados sucesos. Bill Freier fue delatado y detenido, trasladado al campo de prisioneros de Le Vernet y posteriormente deportado al campo de concentración de Dachau. Al vicecónsul Hiram Bingham le destituyeron por haberse excedido en la concesión de visados. A Daniel Beneditte le traicionó un traficante, llevaba encima más de dos mil dólares al ser detenido, le encarcelaron acusado de tráfico de divisas, se enfrentaba a cinco años de cárcel. Consiguieron liberarle a cambio de una sustanciosa fianza. Varian expresó así su regreso: “Cuando ha entrado en la habitación no me he podido contener y le he abrazado, le he apretado contra mí y he llorado, me siento totalmente estúpido pero es más fuerte que yo”. Beneditte informó a su amigo que la detención y los posteriores registros habían sido orquestados por Vichy, con el fin de obligarle a dejar Francia, no podían expulsar a un norteamericano sin pruebas. 

Aquello sirvió de excusa a la Prefectura.El jefe de la policía citó a Varian el 10 de julio de 1.941. Le advirtió que el asunto de su secretario tendría graves consecuencias para él. Fry respondió con firmeza: –No veo porqué, no hay pruebas de que yo haya tenido nada que ver-.El policía replicó: –En la nueva Francia no se necesitan pruebas-. Lejos de amilanarse le contestó con una pregunta: –Ya veo que tenemos distintos conceptos sobre los Derechos Humanos, dígame sinceramente, ¿por qué se ensaña usted conmigo?- La respuesta fue contundente y escueta: –Porque usted ha protegido a judíos y antinazis-.

Le obligaron a dejar Marsella escoltado por la policía. El 29 de agosto de 1.941 subía a un tren cargado de dolor. Mientras el convoy se alejaba lentamente de la estación, la entrañable imagen de sus amigos en el andén y la de Helen agitando un pañuelo al aire, despidiéndole, forjó una huella indeleble en su mente y en su corazón. A través de sus húmedas pupilas vislumbró el reflejo de la inmensa tristeza que trascendía a las difusas figuras, la de aquellos refugiados a los que él creía estar abandonando a su suerte. 

Tras la expulsión de Fry, Daniel Beneditte prosiguió la lucha junto a su esposa hasta que el gobierno de Vichy clausuró el centro norteamericano de socorro, entonces se unieron a la resistencia. Pocos meses después la “zona libre” fue ocupada totalmente por los nazis. La pintora Louise Strauss, la artista Charlotte Solomon y el escultor Otto Frambirg fueron detenidos, murieron en un campo de exterminio. Helen Hessel, los pintores Victor Branner y Hans Belmer lograron escabullirse durante toda la guerra. 

Varian había ido a Francia con una misión, rescatar a doscientos intelectuales en tres meses. Resistió todo un año y logró salvar a más de dos mil personas.

FIN

Varian Mackey Fry, (15-octubre-1.907 _ 13-septiembre-1.967). Estudió en Harvard. En Nueva York mantuvo incansable su guerra particular. Escribió sobre la matanza de judíos en Europa, previno a la opinión pública, criticó a Norteamérica por tardar en reaccionar. Su tesón en contar la verdad no resultaba agradable de soportar. Escribió artículos, destacando, “Los nazis cantan su odio” y “Cómo Europa ha sembrado la guerra”. En ensayos, “Sorrender on Demand”. En el libro titulado: “La Liste Noire”narró su misión en Marsella. Sufrió parte de censura y no fue publicado hasta 1.945. Durante algún tiempo fue víctima de un injusto e imperdonable olvido. En 1.967 Andrè Magot le rescató, le nombraron Caballero de la Legión de Honor, sucedió unos meses antes de su fallecimiento. Recibió una placa conmemorativa en Berlín. En 1.995 fue el primer norteamericano reconocido como Justo entre las Naciones por el Comité en Memoria del Holocausto de Jerusalén. 

“Hice lo que creí era mi obligación. La única pena que tengo sobre el trabajo que hicimos es que fue tan poco, deberíamos haber salvado a muchos más pero hicimos lo que pudimos. Esta experiencia me transformó profundamente. A veces tengo la sensación de haber vivido toda una vida durante aquel año”

Varian Fry

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