HISTORIA Y ENTUSIASMO

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El profesor Ricardo García Cárcel se jubila este año de su cátedra de Historia Moderna de la UAB. Escritor, investigador y premio Nacional de Historia, García Cárcel ha formado también a un puñado de historiadores que le reconocen como maestro. La clave de este magisterio no es solo una necesaria humildad, sino su ejemplar entusiasmo por el conocimiento crítico del pasado, siempre concreto, desarrollado en innumerables horas pasadas sin desmayo en los archivos de Historia. Un trabajo dedicado a ‘recomponer la mentalidad de los hombres de otra época’, como pedía Lucien Febvre, y configurar un proyecto de futuro. Acaba de salir un libro coordinado por los profesores Doris Moreno y Manuel Peña: Diálogos con la historia (Cátedra), subtitulado ‘Ricardo García Cárcel y el oficio de historiador’ y en el que han colaborado más de treinta historiadores, entre ellos su viejo amigo Carlos Martínez Shaw (“hermanos siameses en muchos aspectos”, dice éste) y el legendario John Elliott.

Ricardo García Cárcel

 

Cuenta Ricardo García Cárcel que ya de pequeño quería ser historiador y que la Historia era para él una fijación personal; su padre, que tanto le empujó a ser recto, estudioso y un extraordinario trabajador, hubiera preferido otra carrera para él, pero nunca se opuso a la decisión que su hijo Ricardo adoptó. En una larga entrevista que los coordinadores del libro le hacen, García Cárcel explica que su director de tesis Juan Reglà le propuso irse con él a la UAB. Llegó en 1972, desde su Valencia natal, y durante un período tuvo que vender enciclopedias para ganarse la vida. Al año siguiente leyó su tesis doctoral, un mes antes de que muriera el profesor Reglà. En 1978 ganó la oposición de adjunto y poco después logró la cátedra.

Tengo la suerte de ser su amigo y admiro y comparto su método de ‘comprender y hacer comprender, no juzgar’. Enfoca la historia desde las mentalidades y no desde las ideologías; es alérgico al espíritu dogmático y tiende a la heterodoxia. Contribuye a elaborar un relato veraz que no dependa de la identidad de quien lo haga. Fiel a sí mismo, busca hacer lo que su conciencia le dicta. De Francisco Tomás y Valiente señala que “era puro encanto personal”. Estoy esperando con ilusión y con especial confianza y deseo, nuevos y ricos frutos intelectuales de Ricardo García Cárcel en estos próximos años. ME

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