ESPRONCEDA, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

0
155

 

Nació unos cuarenta días antes del 2 de mayo de 1808. Su padre era un militar de alta graduación que combatió en la Guerra de la Independencia. Con sólo 19 años de edad, José de Espronceda era ya un emigrado político, un revolucionario liberal. Estuvo en Portugal, Inglaterra y Francia, sufrió frecuentes arrestos, tuvo una atormentada pasión amorosa y era conocido como ‘Buscarruidos’. Murió con sólo 34 años, a causa de una afección a la garganta. Su estilo, como buen romántico, es desgarrado y declamatorio. Pero puede ser también jovial, como la ‘Canción del Pirata’. Los viejos de ahora recordamos la niñez: “Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela…” o “Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria la mar”.

 

Quisiera referiros su artículo de 1836 ‘Libertad, Igualdad, Fraternidad’: En vano, comienza Espronceda, hombres nulos o pérfidos han tratado de ridiculizar estas palabras: “En vano han preguntado con mofa si podía ser igual un héroe a un cobarde, un necio a un sabio. La igualdad significa que cada hombre tiene una misión que llenar según su organización intelectual y moral, y que no debe encontrar trabas que le detengan en su marcha, ni privilegio que delante de él pongan hombres que nada valieran sin ellos; significa, en fin, que todo sea igual para todos y que la facilidad o dificultad de su merecer esté en razón de la igualdad o desigualdad de las capacidades”.

La vida sin esperanza, pierde ciertamente todo sentido. Alguna esperanza tenía, sin embargo, en rectificar la indiferencia ante el dolor ajeno. Sucede que nunca se sabe qué es lo que exactamente se logra con las palabras y con el ejemplo. ¿No os parece? Bueno, veo caras incrédulas. Ya me diréis dentro de unos años. 

 

Espronceda asociaba la igualdad con “la emancipación de las clases productoras, hasta ahora miserables siervos de una aristocracia tan inútil como ilegítima. Ella es sola la fianza de la Libertad, así como la fraternidad es el símbolo de su fuerza”. Por esto: “sea su primer grito el de fraternidad para que el triunfo de la Libertad sea cierto”.

Y concluía inflamado: “¡Pueblos! Todos sois hermanos; sólo los opresores son extranjeros”. Encontremos todo lo imperecedero que guardan estas palabras. Pero, parole, parole… 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí