LIBERTE, EGALITE, FRATERNITE… Y VIVA LA FIESTA

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Cuanto nos queda por madurar democráticamente los españoles. Nuestro conformismo frente al oportunismo político, así como frente a la usurpación progresiva de derechos y libertades públicas, es una de las manifestaciones de esa falta de madurez. El sentido patriótico en defensa de lo nuestro -lo que es de los ciudadanos-, se ha perdido por una concepción e influencia antipatriótica de cierta izquierda radical que nos lleva al final a que traguemos con todo lo que nos echan.  Un prueba de ello es el conformismo frente a la séptima subida de los combustibles que desde 2014 hemos sufrido, frente a la reacción ciudadana de un Estado vecino, miembro también de la Unión Europea, como es Francia, el cual ante la última subida del gasoil y la gasolina que más afecta a la clase media fundamentalmente, se han echado a la calle, todos a una, gritando la consigna que fue el emblema de la Revolución Francesa de 1830: “Libertad, igualdad y fraternidad” en rechazo a la presión fiscal del gobierno, habiendo conseguido la paralización de las tasas que graban uno de los productos más utilizados por la población en general, como en el resto de Estados, y que no sólo afecta a los transportistas sino también a la mayoría de la población por ser necesario para calentar los hogares franceses en esta estación del año. Aún así, la lucha no ha terminado para ellos, quienes dicen no parar hasta la dimisión de Jean-Michel Frédéric Macron como principal responsable.

En España, mientras nuestro país vecino continúa en la lucha en defensa de sus derechos, pasamos de todo, invadiendo las autopistas con nuestros coches para aprovechar uno de los mejores puentes del año, como es de la Constitución y la Inmaculada, aunque luego no tengamos para la satisfacción de nuestras necesidades cotidianas. Da lo mismo el precio de lo combustible, y que las grandes empresas energéticas cada vez obtengan más beneficios multimillonarios, si hay que pagar las subidas las pagamos y que continúe la fiesta. Mientras tanto nos echaremos sólo a la calle para hacer el caldo gordo al político de turno, haciendo ruido para tapar las necesidades más perentorias de los ciudadanos.

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