CONCEJO: DEMOCRACIA PRIMITIVA O DEMOCRACIA REAL

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Concejo Abierto: Es una reunión de vecinos convocada a campana tañida, donde cada individuo se representa a si mismo votando a mano alzada.

El concejo es una entidad jurídico-política y de organización de la vida comunal más singular de los territorios del antiguo Reino Astur-Leonés desde el siglo X. Además se convirtieron en el elemento clave para la composición de las Primeras Cortes Parlamentarias (Las Cortes de León de 1188, cuna de la democracia europea). Alfonso IX de León convocó a los “cives electi” de los distintos territorios (Oviedo, León, Astorga, Zamora, Salamanca, Benavente,…) junto a clero y nobleza. Esta decisión hizo que estuvieran representados todos los estamentos de la sociedad con representantes de los diferentes territorios.

Monumento a Alfonso IX. Baiona (Pontevedra).
Monumento a Alfonso IX. Baiona (Pontevedra).

Por ello son consideradas el origen del parlamentarismo y serían tomadas como ejemplo por otros reinos como Inglaterra, Alemania o Aragón; que también convocarían al Tercer Estado en sus cortes o parlamentos. Cabe destacar que tuvo una influencia muy importante en la configuración de los Fueros Vascos (al estar estos fuertemente inspirados por el Fuero de Logroño que es una descarga literal del Fuero de León). Además es el origen de lo que hoy llamamos los Presupuestos Generales del Estado ya que por primera vez se instauraron los mecanismos de discusión entre gobernantes y representantes del pueblo en los temas de gestión y reparto económico.

Los Concejos como precursores del sistema representativo nacieron con el objetivo de defender la diversidad, los usos y las costumbres de cada pueblo; en oposición a la visión unificadora o centralista. Asimismo son el arma usada por las clases populares para escapar de la dictadura de nobles, caciques y reyes. Son un medio para que las decisiones y normas emanen de los vecinos y no de personas alejadas y desconocedoras de su realidad. Una manera de entender el gobierno que desde que Alfonso IX concediera la Carta Magna tuvo la oposición de la Iglesia Católica y la nobleza castellana que hicieron todo lo posible para debilitarlo y forzaron al monarca a una unión con Castilla (declarando nulo su matrimonio con Teresa de Portugal para que se esposara con Berenguela de Castilla). Posteriormente el Reino Leonés se diluiría en la Corona Castellana que terminaría uniéndose a la Aragonesa y así nacería lo que hoy llamamos España. Aunque los territorios del Viejo Reino Leonés (Asturias, Galicia y la Región Leonesa) conservaran su identidad y sus leyes; Castilla y después España heredarían en su configuración general la visión centralista y despótica en vez de la plural y democrática (algo que se haría más acusado al cambiar la dinastía Austria por los Borbones, lo que sería el fin del modelo de Estado Federal). Un hecho que bien pudo ser es el origen de muchos de los problemas que ha sufrido el país. Si se hubiera sabido escuchar e integrar a los diferentes pueblos y gentes no se habría acusado esa falta de cohesión entre sus territorios y hubiera evitado muchas de sus disputas y guerras. La grandeza de España debería haber sido la diversidad de sus territorios y gentes, no la de ser una y grande. Pero bueno, eso es otro tema del que podremos hablar en otro momento, ahora volvamos a la democracia.

“Castilla se vuelve suspicaz, angosta, sórdida, no se ocupa en potenciar la vida de las otras regiones -Cataluña, Vasconia, Galicia-; celosa de ellas, las abandona a sí mismas, y empieza a no enterarse de lo que pasa en ellas.”Castilla hizo a España y Castilla la deshizo” (José Ortega y Gasset)

El panorama político actual hace necesaria una re-configuración de la democracia para volver a sus orígenes, que no son otros que el de la representación de los intereses y sentimientos de las diferentes personas y colectivos. En un artículo de hace unas semanas reflexionábamos sobre cómo la influencia del software libre está modificando la configuración de las ciudades, del mundo laboral y de la política de los municipios. Esto unido a la “democratización” de la información, de los medios de comunicación, de la tecnología e incluso del marketing; ha desembocado en el nacimiento de un nuevo ecosistema derivado de la revolución provocada por Internet y la digitalización. Un nuevo ecosistema que requiere de un cambio de sus agentes, de sus mecanismos y de sus leyes. Hemos perdido la esencia de la democracia: la aspiración a que sean los ciudadanos los que tomen las decisiones, más allá de que simplemente elijan a unas representantes o a un partido que decida por ellos. Este sistema de partidos ha acabado por ser una cárcel para la democracia que ve como éstos acaban siendo un fin, en vez de un medio como fueron concebidos. Escapar de la dictadura de los partidos, que controlan el acceso al gobierno y a los medios de comunicación tradicionales, se antoja cada vez más una necesidad para volver a recuperar el poder ejecutivo, legislativo y judicial. Unos poderes que han sido usurpados por el monopolio ejercido por los partidos políticos, por los lobbies económicos detrás de esos partidos o por personas que buscan su propio interés personal en vez de buscar el bien común y cumplir con la voluntad de sus votantes.

Recientemente 4 concejos (municipios) asturianos han acordado ser gobernados bajo el sistema de concejo abierto, abandonado el gobierno consistorial. Algo que ocurre en otros municipios pequeños. Puede que trasladar ese modelo a entidades mayores resulte complicado. Evidentemente, no podremos prescindir de los gobiernos totalmente, pero sus funciones se inclinaría a la de administradores y de vigilantes de la voluntad popular. Suiza puede ser tomada como ejemplo en muchos de sus mecanismos democráticos. A través de la educación, del acceso universal a la información y a la toma de decisiones es posible configurar un sistema de gobierno donde los ciudadanos sean el centro y el motor de la democracia. Las nuevas tecnologías nos facilitan cada día más y nos enseñan que este modelos es posible. Un progreso que nos llevaría a la democracia primitiva, al concejo abierto, donde cada persona se representaría a si misma. El mundo ha cambiado, nos encontramos en el inicio de la llamada Era de la Información. Es por ello que se antoja indispensable que las instituciones y el modelo democrático cambien para adaptarse a los tiempos y a las nuevas necesidades. Los nuevos tiempos reclaman transparencia y poner a los usuarios en el centro del escenario, se acabó el mundo en el que las personas consumíamos lo que nos “echaban al plato”. El poder de decisión y la interacción de los agentes con el medio en el que viven van a ser dos de las características más importantes del mundo que acaba de nacer. Adaptar la política a este cambio es indispensable.

“La sociedad seguirá cambiando al ritmo que marca la digitalización, con lo que eso implica de participación social activa en todas las estructuras de poder, incluido el flujo de la información. Y ante esto hay dos alternativas: o te aclimatas o te aclimueres.” (Virginia Pérez Alonso, presidenta de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información)



“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolillos… Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (…) No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (…) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”.             (Benito Pérez Galdós)

 * Fotografía bajo licencia Creative Commos: https://www.flickr.com/photos/jlcernadas/5618649255/in/photolist-9yv3F2-dXKPgw *

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