“Somos un grupo de historiadores del arte que queremos exponer una serie de reivindicaciones sobre nuestro colectivo, más concretamente al hecho al que se nos está relegando en lo concerniente a la difusión del patrimonio”.
Según la legislación de Castilla y León, DECRETO 5/2016, de 25 de febrero, por el que se regula el acceso y ejercicio de la actividad de guía de turismo en nuestra Comunidad, esta profesión es la que permite explicar monumentos, museos, rutas, etc., “La actividad profesional de guía de turismo es de gran importancia en el desarrollo y promoción del turismo cultural, con una gran relevancia en la Comunidad de Castilla y León, ya que son los profesionales que se dedican de manera habitual y retribuida a prestar servicios de información y asistencia en materia cultural, monumental, artística, histórica y geográfica a los turistas en sus visitas a museos y a los bienes integrantes del patrimonio cultural”. Es decir, que contraviene directamente con los estudios de la carrera universitaria Grado en Historia del Arte en donde se establece que el título habilita para el desempeño de la difusión del Patrimonio artístico, turismo… Lógico resulta que cualquier profesional (médico, abogado, arquitecto, maestro…), desempeñe su ocupación con los estudios que le habiliten y su regulación en materia laboral, colegiados… En nuestro caso, no podemos ejercer la función de difusión del patrimonio, sin previamente haber pasado un examen donde lo más importante es la competencia en un idioma extranjero y al que pueden acceder con cualquier carrera o Formación Profesional en Guía, Información o Asistencia Turística. Una de dos, o la carrera es una estafa o se nos está ninguneando delante de nuestras narices. La situación no es nada pacífica, ya que se han planteado muchas veces circunstancias un tanto incómodas en las que, explicando la fachada de un monumento o un cuadro en un museo, se nos increpa por parte de los guías como si fuéramos intrusos de nuestra propia profesión. Esta situación es extensible también a las diferentes competencias que se nos atribuye en la carrera y que constan en el programa oficial de la USAL, nos referimos tanto a la protección y gestión del Patrimonio Histórico-artístico y cultural referente a la catalogación de conjuntos monumentales, planeamientos urbanísticos, asesorías técnicas y dictámenes histórico-artísticos, gestión de programas y recursos humanos, competencia esta que no se contempla desde el ámbito institucional (ayuntamientos, diputaciones…); a la conservación, exposición, gestión, comisariado y mercado de obras de arte tan numerosos en nuestra ciudad: archivos, centros de imagen, salas de exposiciones; y reiteramos la función de difusión del patrimonio artístico, en cuanto a producción, documentación y divulgación de la historia del arte, tanto en editoriales como en medios de comunicación sumado esto a la actividad de guía de turismo.
Toda esta documentación puede contrastarte en el LIBRO BLANCO ANECA TITULO DE GRADO EN HISTORIA DEL ARTE, como en el programa de GRADO DE HISTORIA DEL ARTE USAL.
Esta realidad se vive, nos consta, en otras comunidades autónomas y muchos profesionales se han agrupado en asociaciones para dar altavoz a estas reivindicaciones.
Es por ello, que nos gustaría hacer llegar esta realidad y proponer que se regularice la situación para el Historiador del Arte en nuestra comunidad, con la aparición de la figura Intérprete del Patrimonio, donde los profesionales, no solo con afán turístico, expliquemos, hagamos valorar y concienciemos a la ciudadanía de la importancia de nuestra riqueza cultural. Aún queda mucho por hacer en materia cultural y patrimonial: dinamización de rutas, catalogación… El próximo año 2018 la Universidad de Salamanca celebra su octavo centenario, veremos a ver con cuantos profesionales se cuenta para la difusión cultural o si se echará de nuevo mano de las tan manidas rutas Catedral-Casa Lis, a las que tan acostumbrados estamos, y ojalá no le volvamos a escuchar a un guía que “preciosa catedral barroca es el Palacio de Anaya”.
En Salamanca a 6 de junio de 2016.
Marián Herrero Uña (Doctora en Historia del Arte) y Margarita Vázquez de Prada Rodríguez (Licenciada en Historia del Arte).
Un saludo. Muchas gracias por su dedicación”
