LOS LÍOS DE PALACIO

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Parece que a la reina consorte le ha salido por fin la vena republicana de la que llegó a hacer gala durante la relación que mantuvo con su primera pareja, y con ello parece querer destronar del todo a la reina consorte emérita Dª Sofia, a la que ya, por lo visto mantiene alejada de su cortijo en la Zarzuela, al menos a lo que en la convivencia con sus nietas se refiere.

Como republicana, sería hipocresía no reconocer públicamente que me ha satisfecho bastante lo que he visto, aunque también, tengo que reconocer, que en lo humano, he sentido un pequeño malestar o resquemor en cuanto al trato dado, tanto por la reina Letizia -también consorte-, como por la princesa Leonor, a la abuela ante la insistencia de ésta  de hacerse una foto con sus nietas a la salida de misa el pasado domingo de resurrecció en la Catedral de Mallorca. Y

Nada me satisfaría más que la instauración de la Tercera República en España, por lo absurdo que, a muchos nos resulta la coexistencia de una familia con privilegios reales con la soberanía popular expresada en las urnas por el pueblo, en la elección de nuestros representantes en el parlamento, quienes decidirán nuestro futuro a través de la vía legislativa y de la acción del gobierno que corresponda en cada caso,de manera que, la Jefatura del Estado también debería ser elegida por los ciudadanos. Pero, mientras aquella logre instaurarse, la satisfacción por los líos en palacio, no tiene porque, nublar mi sentimiento como ciudadano, por lo que, debo y puedo criticar cualquier acción que no me guste por quienes en cada momento, de una forma u otra ejercen el poder en un régimen que se presume democrático, como el nuestro.

No me gusta la monarquía, como tampoco me gusta la imagen que la familia que la representa puedan dar en cada momento, no sólo a todos los españoles, sino también fuera de nuestras fronteras; aspecto que, parece que se le ha olvidado a la reina consorte y en el que debería haber pensado, antes de poner en evidencia a su querida, y muy querida, también, por muchos españoles, Dª Sofía.

Miren ustedes, igual que la imagen es imprescindible en una marca comercial, también lo es en relación a las personas que representan cargos institucionales, a los que irremediablemente y de forma equivocada, al menos con bastantes prejuicios, se suelen identificar con la idiosincrasia de su pueblo. Así pues, la imagen, ya de por si mal trecha, de la monarquía española que parecía haberse recuperado en cierto modo con la abdicación de rey Juan Carlos I, poniendo al frente de la Jefatura del Estado un rey joven y preparado, unido al pueblo al haber elegido como reina y compañera a una periodista del pueblo; con el comportamiento de Letizia y de su hija la princesa Leonor con la reina consorte emérita Dª Sofía, parece haber vuelto a niveles de reprobación de esta institución muy próximos a los existente en el momento que se pescó al  rey Juan Carlos en una caza de elefantes en Botswana, o cuando lo del caso Noos, donde todos hemos visto cierta implicación de la casa real.

“igual que la imagen es imprescindible en una marca comercial, también lo es en relación a las personas que representan cargos institucionales, a los que irremediablemente y de forma equivocada, al menos con bastantes prejuicios, se suelen identificar con la idiosincrasia de su pueblo”

Dicho de otra manera y para que se me entienda sin ningún tipo de ambages, si no cumplen bien con su función los reyes de España, ¿para qué los queremos?. Tal vez tengamos que decir que con la reina Letizia estamos ante una monarquía bananera, en la que el rey Felipe VI, es ninguneado por su propia mujer, últimamente acostumbrada a romper los protocolos reales en su propio beneficio o para proteger la imagen de sus hijas, alguna con sueldo y con todo un tosión de oro, por lo que no le vendría mal aprendiese a comportarse en público

¿Qué te pensabas querida Letizia, que ser reina era sólo estrenar modelos o hacerse estiramientos en la cara?. ¿No te han explicado lo del protocolo?, pero, sobre todo, ¿no te han enseñado a respetar en público a tus mayores?, obviamente por tu comportamiento,  la respuesta es negativa; y con el ejemplo dado, parece que a tus hijas tampoco.

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