DEMÓCRATAS DE PACOTILLA

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No sin antes pedir perdón por la pesadez del tema a tratar, no sólo por su reiterado análisis, sino también por lo absurdo de su planteamiento por parte de sus responsables, quienes por su razonamiento han llevado a la creación de una entelequia cuyo absurdo hace que denomine a aquellos -no como un insulto, pues carece de la intención de hacer daño-, sino como una definición, patéticos demócratas, o lo que es lo mismo, demócratas de pacotilla.

Y como una de las máximas que rigen o debe regir la actuación de quienes nos dedicamos a criticar a nuestros gobernantes o al análisis de  la actualidad política, cuál es no insultar sino argumentar; hace necesario explicar el porqué del uso del adjetivo “patético” al referirme a quienes son los protagonistas del actual problema catalán.

Para ello, permítaseme utilizar la definición de la Real Academia de la Lengua, a falta de una academia propia de la lengua catalana,  como la cualidad de patético que viene  referida a quien resulta penoso, lamentable o ridículo. Porque penoso es plantear un proceso de independencia sin sustento legal, y no me refiero al derecho interno, sino al internacional que condena al secesionismo, como el catalán, como una acción contraria a la propia declaración universal de los derechos humanos, que nada tiene que ver con el derecho a la autodeterminación. Lamentable, por la confrontación casi bélica entre partidarios y detractores de la independencia, aparte de las consecuencias negativas de la misma a nivel social y económico. Y, finalmente, ridículo, por la vuelta a una situación similar a la existente antes de las eleciones del 21D, aparte de los medios que los independentista pretender usar para la elección del presidente de esta Comunidad Autónoma, en diferido, mediante el mecanismo de la representación o a través vía telemática, como si de una reunión de colegas se tratase. Vías que no se ajustan al reglamento del parlament según sus funcionarios encargados de la asistencia jurídica de esta cámara parlamentaria autonómica.

Definición, en la que también encajan, en sus diferentes acepciones, los constitucionalistas, por la falta de deseo de buscar soluciones democráticas que supongan un acercamiento de posiciones.

Si la postura del Estado español, defendida por el gobierno del PP, a la que se unen Ciudadanos y PSOE,  basada como he denominado en otras ocasiones en un patriotismo de imposición -igual que el de los independentistas-, ya supone la imposibilidad de acercamiento entre posturas; tampoco es que contribuya mucho la de quienes se han puesto la medalla de la auténtica izquierda y que, sin embargo, en este tema está adoptado la mayor tibieza, puesto que incluyéndose dentro de los constitucionalistas, sin embargo se separa de ellos cuando su postura es decisiva para frenar este esperpéntico experimento tras la nueva constitución del Parlament, ya que, de otra manera no puede definirse la actuación de quienes quieren llegar por la vía de la fuerza, sin una base legal suficiente que ampare sus pretensiones, más que reglas impuestas que hace ilegítimo su derecho a la autodeterminación al transformarlo en una secesión.

Desde luego, estar en el mismo bando en el que se encuentra el PP y su marca blanca (C´s) y su mamporrero (PSOE), debe ser algo tremendamente complicado para quienes nos consideramos, sino mejores demócratas, al menos más honestos; sin embargo, en situaciones en las que puede estar en juego un asunto de Estado, debe convertir a los líderes políticos en personas con más altas miras en cuanto que, lo que se pretende defender en el bien común y no intereses de partido, sobre todo, porque el partido al que me refiero puede ser el único, en cuanto a su postura más permeable al deseo catalán de independencia, pudiera promover un encuentro entres posturas que permitan solucionar el problema sin tener que volver a acudir al coactivo, aunque no por ello innecesario, artículo 155 de la Constitución, ante posturas de imposición que atentan contra la “consagración” constitucional de la indisoluble unidad de España.

 

“Desde luego, estar en el mismo bando en el que se encuentra el PP y su marca blanca (C´s) y su mamporrero (PSOE), debe ser algo tremendamente complicado para quienes nos consideramos sino mejores demócratas, al menos más honestos”

 

Pero, como siempre, y por desgracia, así somos en este país, personas muy acostumbradas a mirarnos nuestro ombligo.

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